Ciudad de México
Comenzaron su andanza la víspera de Navidad, mientras la mayoría de las familias mexicanas se preparaba para reunirse en sus casas al calor de una cena y una bebida. Una nueva caravana de personas migrantes partió la mañana del domingo de Tapachula, en el sureño Estado de Chiapas, y ya en Navidad seguía marchando con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos para cruzar. Las crónicas de los diarios y las agencias señalan que se trata de una multitud de alrededor de 8.000 personas procedentes principalmente de países de Centro y Sudamérica. Vienen familias completas y personas en solitario, mujeres con sus hijos, hombres jóvenes y adolescentes. Una nueva caravana de gente expulsada de sus países por la pobreza y la violencia intentando una mejor suerte en EU. Justo este miércoles se llevará a cabo una cumbre bilateral entre altos funcionarios de México y Estados Unidos para abordar otra vez estrategias de contención de la migración. Dos agendas, la de las autoridades y la de la gente necesitada, se cruzarán en el tiempo esta semana.
HACEN PARADA
Los migrantes han bautizado esta caravana como "Éxodo de la pobreza". Lejos de sus hogares, estas personas hicieron una parada la noche del domingo en un parque y recibieron alguna comida de parte de iglesias y vecinos de Chiapas, según reporta la agencia AP, que ha añadido que elementos de la Guardia Nacional y la policía local han seguido el avance de la marcha sin intervenir.
"Hemos caminado mucho. Honestamente, no sé cuántos kilómetros. Mi hija no puede caminar más. La cargo en mis brazos porque necesita descansar, tiene solo tres años, y no está bien, está enferma", ha dicho un hombre procedente de Honduras a Reuters. "El presidente de Estados Unidos debería ayudarnos como migrantes. En realidad, varios de nosotros solo vamos a EU por cinco, seis, siete años y regresamos a nuestros países. Por esta razón, le pedimos a Joe Biden que nos ayude", dijo a esa agencia otro hombre hondureño.
La Administración de López Obrador ha alzado la voz contra estas medidas y ha exigido que se replantee el enfoque con el que se aborda el fenómeno migratorio. El asunto ha escalado y ya ocupa un sitio prioritario en la agenda de la relación bilateral. La semana pasada, López Obrador y Biden sostuvieron una llamada oficial a solicitud del mandatario estadounidense para hablar del tema. En la comunicación, el Gobierno mexicano "insistió en la necesidad de reabrir a la brevedad los cruces fronterizos para garantizar los dinámicos flujos comerciales y potenciar la relación económica", detalló en un comunicado. La Casa Blanca, por su parte, matizó "que se necesita con urgencia medidas de cumplimiento adicionales para que se puedan reabrir los puertos de entrada clave a través de nuestra frontera compartida".