Huyen los limoneros de la narcoviolencia

La ola de violencia desatada en los municipios de Buenavista y Apatzingán, en Michoacán, provocó el desplazamiento forzado de decenas de habitantes al municipio de Tancítaro, a unos 30 kilómetros por la carretera federal 16

CIUDAD DE MÉXICO 

Protección Civil de Tancítaro confirmó que los desplazados, en su mayoría productores de limón, buscan refugio, por lo que pidió a la población la donación de despensas, agua, pañales, leche, artículos de aseo personal y ropa.

La mayoría de los desplazados recorrió zonas boscosas para evitar la confrontación con grupos criminales, que bloquearon las carreteras con vehículos incendiados, aseguraron fuentes estatales.

Estimaron que más de 100 personas abandonaron sus casas, principalmente en la zona de Santa Ana Amatlán, perteneciente a Buenavista y a San Juan de los Plátanos, en Apatzingán.

Ambas localidades se ubican sobre la carretera federal 120 que conecta a Apatzingán con Buenavista.

El martes, en ese tramo, células criminales protagonizaron un enfrentamiento a balazos, persecuciones y hasta ataques con drones cargados con explosivos.

Las refriegas implicaron el cierre de la carretera, la única vía para movilizar sus productos o salir a sus centros de trabajo.

El crimen organizado obligó a decenas de transportistas y automovilistas a entregar sus unidades para bloquear las vías que van de Buenavista a Peribán, Tepalcatepec y Apatzingán.

Usuarios en redes sociales reportaron tiroteos que se extendieron hasta ayer en la madrugada en Buenavista y Apatzingán.

La cosecha de aguacate llegó y también la extorsión.

En zonas de Tancítaro, Peribán y Uruapan se reportó desde el fin de semana el corte y la venta de esa fruta, a nivel industrial y por huerta.

En Ziracuaretiro, a 18 kilómetros de Uruapan, un poblado aguacatero se levantó en armas desde el domingo por el asedio criminal para pagar cuotas y así se mantuvo hasta la noche de ayer, aseguraron autoridades estatales.