Ciudad de México
Un mes después de que un juez detuviera la construcción del tramo 5 del Tren Maya por no contar con un estudio de impacto ambiental, el Gobierno finalmente lo ha presentado. El documento elaborado por el Instituto de Ecología del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) reconoce que las obras entre Playa del Carmen y Tulum provocarán una “afectación crítica” por la deforestación de más de 485 hectáreas de selva mediana subperennifolia y vegetación secundaria que “gozan de un nivel alto de conservación”. El informe enumera una treintena de impactos negativos, como posibles derrumbes en el sistema de cuevas, ríos subterráneos y cenotes de la zona, la alteración del flujo hídrico y la fragmentación del hábitat, en el que se encuentran especies como el jaguar. A pesar de ello, la conclusión es que éstos tendrán una “magnitud limitada y podrán atenuarse con medidas de mitigación”.
Como suele ocurrir en este tipo de documentos, que encarga el interesado en la obra, las afectaciones al medio ambiente de las que da cuenta están justificadas. En este caso, el principal argumento es que la península de Yucatán ya lleva años inmersa en una espiral de degradación ecológica por el voraz desarrollo hotelero e inmobiliario que busca explotar el filón turístico de las joyas del Caribe mexicano, como Tulum o Playa del Carmen. “El tramo 5 sur no aumentará la tendencia que se ha identificado en el periodo del 2009 al 2018, ya que independientemente de que se construya o no, la tendencia ambiental indica la continua pérdida de cobertura para la selva bien conservada”, dice el estudio.
A DESTRABAR ATOLLADERO
El Gobierno espera que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) presentada ahora logre destrabar el atolladero judicial en el que se encuentra el tramo 5, que acumula una riada de amparos por sus afectaciones ecológicas. El documento corresponde únicamente a la sección sur, la que va de Playa del Carmen a Tulum, pero todavía falta que se publique la norte, la que va de Playa del Carmen a Cancún. El estudio de más de 1.800 páginas ahora debe ser revisado para su autorización por la Secretaría de Medio Ambiente en un tiempo récord, ya que la semana que viene está prevista la audiencia para determinar la suspensión definitiva de las obras. Si el juez llegase a ordenar una suspensión definitiva, la construcción tendría que parar hasta que se resuelva el juicio, lo que podría durar meses o incluso años. El Gobierno está intentando evitarlo a toda costa.
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Una apertura en la roca caliza en la cueva Garra de Jaguar, cerca de Playa del Carmen, por la que pretende pasar el tramo 5 del Tren Maya. (Foto: El País)