Ciudad de México
México resultó reprobado en 5 de 17 Indicadores de Integridad Pública evaluadas por la OCDE, y en otros siete -relacionados con actividad legislativa, regulaciones sobre empleo tras separarse de altos cargos públicos y confianza- no existió información disponible para medirlos.
Obtuvo sus mejores resultados para 2022 en los indicadores de "cobertura de funciones básicas para implementar el acceso a la información y datos abiertos", con 100 por ciento del máximo puntaje posible.
CONFLICTOS DE INTERÉS
Mientras que en "Marco regulatorio para la transparencia en el lobby, los conflictos de intereses y el financiamiento político", con 75 por ciento, y "Uso de mecanismos de control y prevención del financiamiento de partidos políticos y campañas electorales", con 73 por ciento.
En cuanto a "Marco regulatorio para el acceso a la información, datos abiertos y consulta pública" y "Divulgación proactiva de conjuntos de datos" obtuvo 62 y 60 por ciento, respectivamente.
Las calificaciones más bajas correspondieron a "Financiamiento público como porcentaje de los ingresos de los partidos políticos", con 53 por ciento; "Transparencia de las actividades de lobby y prevención de influencias indebidas", con 33 por ciento, y "Uso de mecanismos de prevención de conflictos de intereses para altos funcionarios", con 22 por ciento.
APERTURA DEL PROCESO
En el caso de "Apertura del proceso de toma de decisiones gubernamentales" y "Consulta pública en la práctica" el resultado fue de 0 por ciento.
Los indicadores para los que no se contó con información fueron los de "Proyectos de ley enviados para consulta pública por escrito", "Estabilidad legislativa","Control procesal legislativo", "Integridad postempleo en la práctica" (para secretarios de Estado y para otros altos funcionarios); "Confianza en el gobierno" y "Confianza en el Congreso".
En su informe Panorama Anticorrupción y de Integridad 2024, presentado ayer, la OCDE remarca que éste es un año en el que hay mucho en juego para la democracia y la prosperidad en todo el mundo.
"Sin embargo, la confianza en las instituciones públicas sigue siendo baja, y la confianza pública se divide equitativamente entre las personas que dicen confiar en su Gobierno nacional y las que no", advierte.