HUIXTLA, Chis.
Alrededor de 20 migrantes fueron secuestrados, asaltados, lesionados y varias mujeres fueron abusadas sexualmente por hombres armados en el municipio de Huixtla, Chiapas. Autoridades locales se negaron a brindar apoyo.
El sacerdote Heymán Vázquez Medina fue quien buscó y dio refugio al grupo agredido y a otros migrantes que le ayudaron a buscar a los primeros.
De acuerdo con el relato de los migrantes, los hechos se registraron el sábado en la mañana cuando el grupo caminaba sobre las vías del ferrocarril para burlar la caseta migratoria que se ubica en el Centro de Atención Integral al Tránsito Fronterizo.
Un grupo de unos siete delincuentes, que portaban armas de grueso calibre y machetes, salió al paso de los migrantes, quienes eran parte de la caravana que partió de Tapachula el pasado jueves y que evadieron el operativo del Instituto Nacional de Migración (INM), la Guardia Nacional (GN) y la Policía Estatal, ocurrido la madrugada del viernes.
“Antes que aparecieran los hombres, me quedé atrás para hacer mi necesidad, cuando escuché una voz que dijo: ‘Alto’, seguida de disparos. Me asomé entre las matas y vi a los delincuentes con ametralladoras. Un compañero intentó escapar, le dispararon y cayó herido”, relata un migrante cubano que logró escapar.
“Corrí mientras los asaltantes me disparaban y perseguían, gracias a Dios no me dieron. Me topé con otros compañeros del grupo y les dije que no avanzaran porque estaban asaltando, entonces salimos para buscar ayuda a la parroquia”, abunda el migrante de 27 años.
Alertado de la situación, el sacerdote de la parroquia San Francisco de Asís, Heymán Vázquez Medina, llevó a los migrantes a la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos en contra de Inmigrantes, para que denunciaran los hechos y solicitó el apoyo para el rescate de los extranjeros, pero el fiscal le dijo que no contaba con policías ni vehículos.
Vázquez Medina también solicitó ayuda al presidente municipal de Huixtla, Carlos Eduardo Salazar Gam, para que la policía municipal acudiera al rescate de los migrantes, toda vez que se contaba con la ubicación del lugar donde tenían a los extranjeros, pero le fue negado el apoyo.
Las agresiones. Con el apoyo de tres migrantes, el religioso salió a recorrer el camino de extravío, en medio del monte, hasta que a las 18:00 horas logró ubicar a 10 de las víctimas, entre ellos una mujer venezolana de 20 años de edad, quien sufrió abuso sexual.
Los extranjeros le relataron que los delincuentes separaron a las mujeres con sus hijos y a los hombres. A cada grupo los metieron en medio del monte y los obligaron a desnudarse.
“Manoseaban a las mujeres, los niños lloraban, a una le decían que con ella podían ganar mucho dinero. Les dije que no les hicieran daño y me dieron un balazo que alcanzó a rosarme en la nalga; a otro compañero le dieron un balazo en el hombro, a otros los cintarearon con el machete”, relató un migrante venezolano que fue víctima de los criminales.
Señaló que luego de unas dos horas, los delincuentes hicieron disparos en el aire para obligarlos a que se fueran.
El grupo de al menos 20 extranjeros, entre ellos uno de los heridos de bala y otras mujeres abusadas sexualmente, decidieron seguir avanzando por las vías del ferrocarril, una zona donde operan diversas bandas de asaltantes de migrantes.
Otros se quedaron escondidos entre la maleza, hasta que fueron rescatados por el sacerdote y sus compañeros.
Hasta las 12:00 horas de ayer domingo la joven venezolana no había recibido asistencia médica, presentaba daño físico y emocional.