Guadalajara, Jal.
En una visita que el cardenal Francisco Robles Ortega realizó esta semana al norte de Jalisco, casi en el límite con el Estado de Zacatecas, fue detenido en dos ocasiones por retenes del crimen organizado.
“Fui detenido por retenes, y obvio que son retenes del crimen organizado y le exigen a uno decir de dónde viene, a dónde va, a qué se dedica y qué hace (...) lo que yo digo es porqué, con qué autoridad un grupo del crimen organizado te obstruye, te detiene y te investiga”, lamentó el Cardenal, quien descartó alguna agresión o amenaza por parte de estos grupos.
“Eso es lo ordinario, no es la primera vez que pasa y están establecidos esos retenes ahí, con armas gruesas, con armas largas”, abundó.
Esta misma semana el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, también fue detenido en un retén en su paso por Jalisco. Él se dirigía a visitar comunidades pertenecientes a la Diócesis ubicadas en Huejuquilla, también en el norte de la Entidad.
“Es lamentable el clima de violencias que se percibe como en crecida, como en aumento. El percance que le sucedió al señor obispo, no debemos acostumbrarnos, pero es el pan de cada día”, dijo Robles Ortega al respecto.
Mencionó que incluso en algunas zonas del norte de Jalisco para realizar las fiestas patronales, por ejemplo, deben tener autorización de la “plaza” y darles parte del dinero obtenido en el festejo.
“Las autoridades tienen en primerísimo lugar dar seguridad y protección a los ciudadanos, a la integridad de su vida, de su persona y de sus bienes, eso es deber del Estado”, opinó el Cardenal sobre el papel del Gobierno.
La Conferencia del Episcopado México (CEM) lanzó un comunicado el jueves 23 de junio donde exhortan al Gobierno Federal a revisar las estrategias se seguridad: “no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora”, señalaron.
Este pronunciamiento se dio a propósito del asesinato de los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Cesar Mora Salazar, en la sierra Tarahumara, en Chihuahua.