CIUDAD DE MÉXICO
Una venganza entre grupos criminales es la línea de investigación más sólida sobre las ejecuciones ocurridas la tarde del miércoles en Plaza Artz.
Los dos ejecutados por un comando de por lo menos 5 personas eran los israelíes Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay, ambos con antecedentes delictivos confirmados por los gobiernos de México y Tel Aviv.
Sutchi había sido deportado de México a Israel en 2005 acusado de narcotráfico; la embajada de Tel Aviv en México informó que fue sentenciado a 17 años de prisión en la cárcel de máxima seguridad Ayalon, en Ramla, acusado por intento de homicidio en 1990.
Según registros migratorios, Sutchi reingresó recientemente a México con el pasaporte 12467015.
Conforme reportes policiacos obtenidos por Reforma, Sutchi pretendía cobrar una deuda de drogas a unos colombianos por encargo de un preso.
El criminal israelí no sólo pretendía el cobro de ese adeudo, sino deseaba para el mes de agosto establecerse en México con su familia, dijeron las fuentes consultadas.
Uno de sus jefes de nombre Erez Akrishevski, quien residía en Sonora, fue detenido hace una semana cuando estaba de visita en Cancún y fue deportado a Israel.
Akrishevski era buscado por crimen organizado y homicidios. Las autoridades indagan si existe vínculo entre la detención de Akrishevski y el asesinato de Sutchi.
Alon Azulay, el acompañante de Ben Sutchi la tarde del miércoles y quien también fue asesinado, era su chofer y asistente.