Buscan 11 ser padres

En la catedral presentaron sus albas para ser bendecidas por el obispo de Tampico, monseñor José Armando Álvarez Cano


Tampico, Tam.

Este domingo, la catedral de Tampico fue el escenario de una misa solemne de bendición de albas a once candidatos al diaconado permanente, quienes actualmente ejercen su ministerio de lector en sus respectivas parroquias.

Allí presentaron sus albas para ser bendecidas por el obispo de Tampico, monseñor José Armando Álvarez Cano.

En la homilía destacó la importancia y significado de esta celebración para la comunidad diocesana, "Ésta es una celebración muy especial, no solamente por ser un domingo, sino por la presencia de los hermanos sacerdotes, los candidatos al diaconado permanente con sus familias y la comunidad que nos reunimos cada semana.  Nuestros hermanos, que se han estado preparando en el camino del diaconado permanente, recibirán e impondrán el alba, su sotana, como un pequeño paso en este camino para servir a la Iglesia como diáconos".

El obispo también reflexionó sobre la relevancia de la vestimenta litúrgica en el ministerio diaconal, relacionando este momento con la festividad reciente de San Lorenzo, diácono y mártir. 

"Con motivo de esta fiesta nos reunimos hoy para dar este paso tan significativo. Ellos tendrán ya su vestimenta para ir sirviendo e incorporándose al servicio del altar, al servicio de la caridad de los pobres y de nuestros hermanos".

Durante su sermón, Álvarez Cano habló sobre el evangelio del día, recordando la importancia de la Eucaristía en la vida cristiana. 

"El gran milagro que representa la Eucaristía es Jesús, en un signo tan humilde que se hace presente en un pequeño trozo de pan. 

El obispo también enfatizó la necesidad de valorar la Eucaristía y de mantener una actitud de reverencia y gratitud. 

"Qué hermoso cuando veo a las personas que se acercan a la comunión con aquella reverencia, y después de comulgar regresan a su lugar a darle gracias a Dios y a entrar en un momentito de contemplación", comentó.

Al finalizar, el obispo hizo un llamado a la comunidad para que continúe profundizando en el misterio de la Eucaristía y valorando el gran regalo de la presencia de Dios en sus vidas diarias.