Nuevo Laredo tiene 140 mil viviendas -según cifras de INEGI- y de estas el 28.5% (40 mil) están abandonadas.
Desde 2000 los créditos para hacer uso de la vivienda a través del Infonavit se incrementaron y con ello surgieron no sólo a nivel nacional, también en lo local, desarrolladoras inmobiliarias que edificaban miles de casas -incluso- por año, con un alto costo que a la fecha para algunos trabajadores es imposible de solventar aunado a problemas de infraestructura, que han obligado a la gente a abandonar el inmueble.
Además de que fueron construidas sin un plan de ordenamiento territorial, lo que se ve reflejado en diversos sectores de la ciudad, donde complejos habitaciones lucen abandonados, vandalizados y deteriorados con el tiempo, un ejemplo el fraccionamiento Toboganes, al poniente de la ciudad, en el que vecinos de los alrededores manifestaron que es una área de constante inundación y jamás han sido habitadas, incluso este complejo de viviendas se encuentran en un relieve más bajo que el resto de las casas de quienes si habitan en los alrededores.
Otro complejo de viviendas de interés social es la colonia San Agustín, ubicada al sur de la avenida Anzures; está integrado por más de un centenar de edificaciones, pero menos de un 20 por ciento de estas fueron habitadas y una proporción similar ni siquiera fueron terminadas, pero sí existen personas que en su momento adquirieron un crédito para habitar una de estas casas, que nunca se les entregó y les siguen descontando como si se hubiera completado la transacción, esto por diversos tecnicismos.
CASOS ESPECÍFICOS EN LA CIUDAD
Tal es el caso de Luis Baeza, que desde hace ocho años en sus recibos de nómina le aparece el descuento por el pago de una casa que nunca se le entregó, que nunca ha habitado.
“Nunca me entregaron llaves, nunca la he habitado porque a parte está en obra negra, la constructora se fue e Infonavit no hace nada para ayudarme, para ayudarnos pues somos como cuatro personas en la misma situación”, expresó el derechohabiente.
Luis era trabajador de una franquicia restaurantera a la que llegó la empresa constructora Urvitec, S.A. de C.V., con quiénes realizaron el contrato de compra venta de lo que él un día soñó sería su hogar y el de su familia.
Luis ha pagado más de 157 mil pesos por una vivienda que no fue terminada y que la empresa se rehúsa a concluir con garantía o modificar la ubicación.
Así como Luis existen muchos otros casos similares, pero también ocurre con frecuencia que trabajadores que acceden a su crédito y obtienen una vivienda pero con el tiempo tienen dificultades para seguir pagando y abandonan su hogar.
A pesar de la enorme cantidad de viviendas abandonadas y los programas de recuperación de casas, tanto en la ciudad como en el resto del país continúan construyéndose hogares de interés social.