Cd. Victoria, Tam.
Una de las medidas sanitarias en la que más insisten las autoridades en el lavado frecuente de manos, pero sin agua potable en las escuelas está lejano el regreso presencial a clases.
Alrededor del 60 por ciento de planteles escolares en Victoria carecen de acceso al agua potable por lo que de facto quedarían fuera de la posibilidad de recibir a sus alumnos el 30 de agosto, en caso de que se autorice el regreso a clases presenciales tal y como el Gobierno de la República advirtió hace unas semanas.
“Hicimos el llamado de que deberían de tenerse todas las medidas de precaución posibles, que concurriera el director estatal de Protección Civil para que, en armonización con la ley de Protección Civil, acompañados de Coepris, la Secretaría de Salud, garanticen a los padres de familia lo mejor que se pueda dentro de las instalaciones de las escuelas para que los niños tengan todas las medidas posibles de salud”, recalcó el presidente de la Sociedad Estatal de Maestros y Padres de Familia, Miguel Ángel Tovar Tapia.
En la capital de la entidad se cuenta con 382 planteles de educación pública de los cuales 229 estarían sin acceso al servicio de agua potable.
El docente y representante de Padres de Familia hizo un llamado a los tres órdenes de Gobierno para garantizar dicho servicio público en el caso de que el regreso a clases sea una realidad este mes.
Recordó que son escuelas en colonias de la periferia las que más padecen por esa situación.
“Los maestros aún desconocemos cuáles serán los protocolos que se vayan a implementar, cuáles serán las capacitaciones de común acuerdo con los padres de familia, pero lo más importante de todo esto es el abasto de agua para las escuelas, que no falte el agua, porque una de las prácticas elementales y fundamentales es el lavado de manos de manera frecuente para evitar los contagios”.
Dijo que muchos padres de familia temen que sus hijos puedan contagiarse al interior de las aulas, por lo que la gran mayoría de ellos podría decidir no llevar a sus hijos a clases a pesar de contarse con todas las garantías de que estarán protegidos.
“La mejor decisión la tendrán los padres de familia quienes se reservan el mandar a sus hijos, o no, a clases presenciales cuidando y preservando la salud y vida de sus hijos”, advirtió.