Instituciones bancarias de la ciudad han sufrido daños en sus cajeros automáticos, y no precisamente se trata de un vandalismo, aparentemente inofensivo y material en perjuicio de los establecimientos.
Se trata de una modalidad novedosa de los delincuentes, para alterar los cajeros automáticos, impidiendo o bloqueando el despacho de efectivo para posteriormente robarlo.
La técnica empleada es manipular las ranuras de los dispensadores, en donde se inserta la tarjeta bancaria, bloqueando la salida de la misma, cuando el usuario ha solicitado una cantidad de dinero, se queda "atorado" en el cajero.
Al darse cuenta del perjuicio y manipulación alterada, algunas personas optan por marcharse sin retirar el dinero, y los ladrones que mantienen una "guardia" ingresan a los cajeros para forzar al retiro del dinero.
Por lo que se ha recomendado por parte de los mismos bancos afectados, a proceder a revisar las condiciones operativas de los cajeros antes de utilizarlos.