Los ventarrones que vive la ciudad provoca el riesgo de que el viento acaree polvo, plagas y esporas de enfermedades, incluso el polvo arrastrado desde el desierto de El Sahara, evidenció el investigador Mario Marín Serna.
Uno de los riesgos mayores es de que el polvo generado en el Desierto del Sahara llegue a esta región en unos dos o tres días, advirtió el investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales (INIFAP).
Explicó que el viento acarrea esporas de enfermedades como cuando hizo erupción el Volcán “El Chichonal” en Chiapas en el año de 1982, cuando aquí en esta zona se vio la ceniza fina depositada en los automóviles.
Explicó que los huracanes tiene efecto similar efecto, toda vez que incluso han llevado insectos del Caribe, Centro y Sudamérica a la Florida.
Indicó que la energía acumulada en el desierto de El Sahara hace que en sus costas surtan huracanes que llegan en ocasiones hasta estas latitudes.
Tanto autoridades texanas como mexicanas, se encuentran monitoreando el viento, para detectar posibles nubes de arena en el aire y rastrear sus posibles trayectorias y en su momento, dar la señal de alarma.
El año pasado nubes de polvo alcanzaron a llegar al área metropolitana de Nuevo León provocando finas capa de arena en los coches.
El fenómeno del polvo del Sahara es cíclico, apunto el investigador del INIFAP.
Mientras tanto Protección Civil del Estado dio a conocer que la zona más densa de la nube de polvo del Sahara se encontraba hasta este viernes por la tarde, en la región tropical del Atlántico Central y en el Oriente del Mar Caribe.
La ligera presencia de ese polvo generará algo de bruma en la costa oriental del Golfo de México, sin afectar a la población.