En plena crisis económica, la población en general ya está sufriendo los estragos de un nuevo aumento en el precio del gas butano, el cual pasó de $7.90 a $8.18 por litro.
La decisión tomada por altas autoridades hacendarias, fue recibida entre la gente como un balde de agua fría pues en lugar de mantener el precio o reducirlo para apoyar la economía de la ciudadanía, especialmente para la que menos recursos tiene, encarecen el carburante.
Fue el pasado martes cuando entró en vigor el nuevo precio del gas que es utilizado en todos los hogares reynosenses para cocinar los alimentos, combustible que también usan una buena cantidad de microbuses para mantenerlos en operación.
Algunas familias condenaron enérgicamente la decisión tomada para incrementar el precio del producto en cuestión por lo que demandaron que la federación entienda que no es momento de incrementar precios sino de preferencia bajarlos en el caso también de la energía eléctrica.
Dijeron que esa llamada cuarta transformación ha venido a generar más empobrecimiento que mejoramiento de la economía en las familias de clase baja y media.
Los consumidores por tanto tienen ya que pagar más dinero, del que seguramente muchos no tienen, para poder cargar sus tanques de gas butano.