Pese a vivir en la frontera, la tradición de vestir al niño Dios, levantarlo y llevarlo a misa, se mantiene viva, aunque con pocas ventas para los negocios.
Cada 2 de febrero las familias viven esa tradición, además de comer unos ricos tamales y chocolate.
Alma Lidia Mercado Gutiérrez, responsable del negocio Los Ángeles comentó que hay niños Dios de yeso, los más pequeños y los de resina que son los más caros, hay de varios precios.
"Ahorita estamos muy despacio con los vestidos, pero sí se está moviendo muy tranquilamente, esperemos todavía falta uno, dos días más", dijo.
Señaló que esperan que este miércoles 1 y jueves 2 aumente un poco la venta de vestidos y demás accesorios.
"Es el levantamiento del Niño Dios, más que nada vienen y comprar el vestido para levantarlo lo que es la tradición, depende cada quien desde cuando tengan ese niño, lo van a colocar, el vestido de algún santo de devoción", dijo.
Hay diversos vestidos para Niños Dios doctor, cirujano, nuevos modelos y hasta los más tradicionales.
"Va muy lento el asunto, muy despacio, la tradición todavía está, esperamos poder levantar la tradición sigue", finalizó.