Sobre la calle Allende, al cruce de Porfirio Díaz e Hidalgo, a tan solo unos metros del primer cuadro de esta frontera se ha creado un basurero clandestino, en el que la población llega a depositar bolsas de basura, desperdicios de comida, incluso ramas de árbol o pedazos de plantas secas.
El deposito ha invadido la banqueta y gran parte del estacionamiento público, por lo que además del riesgo sanitario que implican los desperdicios, expone a los peatones a caminar por la ruta de transporte público, así como de cientos de automovilistas.
El basurero clandestino surgió hace un par de días y pese a su cercanía con la presidencia municipal, ninguna cuadrilla ha acudido ni a levantar o a reducir lo tirado.
El riesgo a la salud es evidente, debido a la presencia de roedores que acuden a buscar alimento, al igual que de animales callejeros, en su mayoría perros, que dejan los desperdicios expuestos a las viviendas.