En el centro de Reynosa cada vez se observan más negocios de distinto tipo que han cerrado sus puertas, siendo factores diversos los que han obligado a sus propietarios a tomar dicha determinación.
Tan sólo en la calle Porfirio Díaz entre Madero y Pedro J. Méndez, hay por lo menos tres establecimientos que se dedicaron por años a la actividad comercial, pero que ahora lucen solitarios y abandonados.
En otras arterias del mismo sector centro de la ciudad, también se aprecian otros más que se encuentran en las mismas condiciones.
En el interior del Mercado Zaragoza, también hay por lo menos una treintena de comercios que han bajado sus cortinas, igualmente, por causas diversas, entre las que se incluyen, el fallecimiento de los dueños originales, otros porque se fueron a vivir a Estados Unidos, otros más por incosteabilidad pues tenían ventas mínimas, entre otros motivos que orillaron al cierre.
Pero mientras que en arterias aledañas a la peatonal Hidalgo, en esta última, no hay espacio vacío. Todos están ocupados y las ventas son dependiendo de la época que se viva. Hay épocas muy buenas y hay otras que son regulares y unas pocas más, donde el movimiento es bajo, como ocurre generalmente durante la llamada cuesta de enero, al decir de algunos comerciantes de la céntrica calle considerada como el corazón de la ciudad.