Aunque todavía están húmedos, familias damnificadas en la colonia Nuevo Amanecer de Reynosa, no tienen otra opción, más que usar sus colchones, sillones, sillas y otros muebles para regresar a su rutina, después de la tragedia que provocó el huracán “Hanna”.
Los afectados, que de acuerdo a conteos oficiales ascienden a 70 mil, recuperaron entre las corrientes de agua lo más básico para re-habitar sus hogares.
Pero aunque ya transcurrieron tres semanas desde las lluvias, el olor a humedad y la sensación sigue vigente. “Los pusimos a secar por dos o tres días pero cuando te sientas se siente mojado, lo mismo en el colchón, estamos poniendo el ventilador para que seque, porque no tenemos otras cosas que utilizar“, mencionaron.
Las familias se van adaptando a su nueva vida, en la que atraviesan, la falta de recursos para renovar sus muebles y adquirir electrodomésticos. “Los tengo nada más de adorno porque ya no sirven, la estufa ya prendió, el refrigerador si enciende pero no enfría, ahorita estoy llevando la poca comida que tengo con una vecina para que no se pudra, el adorno es para quizá no sentirme tan mal, porque en realidad no tengo nada”, insisten.
Los roperos se cambiaron por cajas de cartón o madera, y en algunos casos, aunque se hizo todo lo posible pro recuperar los colchones, el olor a humedad fue insoportable, por lo que terminaron en la basura. “Nos dieron una colchoneta las autoridades y aquí es donde estamos durmiendo, pero imagínese, aquí hay 6 niños, aparte mi esposo y yo, cómo le hacemos no sé, nos acostumbramos“, explican.
La colonia Nuevo Amanecer se consideró una de las más afectadas con “Hanna”, al igual que la Unidad Obrera, donde el Gobernador del Estado Francisco Javier García Cabeza de Vaca realizó un recorrido para iniciar con un censo de necesidades.
En esta área el agua alcanzó más del metro y medio de altura, por lo que las marcas en las paredes aún permanecen.
En la espera de que arriben las ayudas materiales, los vecinos continúan realizando labores de limpieza, a fin de recuperar y rehusar la mayor cantidad de objetos posibles. “Esta colonia jamás se había inundado, ahora estamos con temor, cuando comienza a llover me pongo a rezar a pedirle a Dios que no nos inundemos, que nos deje recuperarnos“, comentaron vecinos.