Campesinos de Reynosa aún están indecisos sobre si sembrarán o no en el ciclo agrícola tardío que ya se avecina.
El hecho de que hayan tenido un resultado que no fue favorable en esta ocasión, aunado a la falta de lluvia, obligan a pensar al menos por lo pronto en que no contemplarían esa posibilidad.
Sin embargo, si llegasen las lluvias después de que concluya la canícula, las cosas podrían cambiar y tal vez se animen algunos a aprovechar la humedad y se den a la tarea de sembrar frijol, dijeron algunos ejidatarios.
En sí, es relativamente poca la superficie que es tomada en cuenta en el ciclo de tardío, plazo que inicia en agosto, en comparación con la del temprano.
En temprano se siembran hasta 40 mil hectáreas o más, dependiendo de diversas circunstancias.
Pero en el tardío, por ejemplo el año pasado apenas se trabajaron unas 10 mil o un poco más y todo fue de frijol, que sirve tanto para consumo de las propias familias campesinas y tal vez sobre algo para comercializarlo.
Pero en sí, no resulta atractivo para el resto de los productores que prefieren esperar al próximo ciclo otoño-invierno.
Otro factor que también cuenta y mucho es el hecho de que algunos obtuvieron ingresos con la venta de sus cosechas, que les permitirán apenas cubrir los gastos de preparación de tierras y la trilla del sorgo por lo que no contarán con recursos para enfrentar los gastos que implica el tardío.