Las mujeres privadas de libertad en los Centros de Ejecución de Sanciones (Cedes) conforman un sector marginado y olvidado dentro del sistema penitenciario; a pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones de los reclusos, las mujeres enfrentan desafíos adicionales debido a la falta de políticas públicas que aborden sus necesidades específicas.
Es urgente revisar los casos de aquellas mujeres que cumplen condenas, asegurando que sean justas y que no se repita la historia de Juanita, originaria de Guatemala, que fue privada de su libertad de manera arbitraria en esta frontera y pasó siete años en prisión por una detención arbitraria, hasta que se demostró su inocencia.
Olivia Lemus, extitular de la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de Tamaulipas (Codhet), subrayó que dicho caso genera la necesidad de una revisión más exhaustiva de los casos de mujeres en prisión para evitar injusticias similares.
Asegura que aún existen muchas "Juanitas" en los Cedes que merecen justicia. "El tema de centros penitenciarios y de mujeres privadas de la libertad está siendo un tema olvidado, un segmento de la población que necesita una mayor atención", destacó Lemus.
Es crucial que todos los ejes de trabajo transversal dentro del sistema de justicia penal se enfoquen en ofrecer oportunidades de libertad a aquellas que realmente lo merecen, mediante una revisión más justa y detallada de sus casos. Además, hizo hincapié en la importancia de implementar políticas públicas que aborden la situación de las infancias al interior de los Cedes, ya que muchas mujeres en prisión son madres de menores.
La exfuncionaria también subrayó la necesidad de reformas legales que permitan que, en función de su situación jurídica, las mujeres puedan cumplir su proceso judicial en sus hogares mientras se resuelve su culpabilidad o inocencia. "Vi que ya se propuso una iniciativa al respecto, aunque es ambiciosa, espero que le den la forma adecuada para que se apruebe, porque la población de mujeres privadas de libertad está muy olvidada.
Hasta 2024, en Tamaulipas había alrededor de 240 mujeres recluidas que, aunque no son muchas, su invisibilidad genera que no se tomen en cuenta sus necesidades al momento de generar políticas públicas", explicó.
A pesar de que las cifras no son tan elevadas, resaltó que esta invisibilidad contribuye a la falta de apoyo y rehabilitación para las mujeres que intentan reintegrarse a la sociedad. La reinserción social no es sólo responsabilidad de las autoridades, sino de toda la sociedad.
"Debemos trabajar en quitar el estigma social que enfrentan estas mujeres, porque su rehabilitación y reintegración a la sociedad es una tarea colectiva", concluyó.