La espera en el puente internacional Reynosa-Pharr ha dejado a cientos de transportistas varados con pérdidas económicas y preocupaciones crecientes; los retrasos son consecuencia de fallas en un nuevo sistema de aduanas que, a pesar de haber sido restablecido, continúa afectando el flujo de mercancías hacia los Estados Unidos.
Gerardo Diez, uno de los transportistas afectados, expresó su frustración ante la falta de solución inmediata: "Llevamos dos días esperando en la fila, son pérdidas; muchos de nosotros no trabajamos por semana, sino por comisión, y estamos aquí esperando", lamentó.
Esta situación ha sido especialmente perjudicial para el transporte de productos perecederos, cuyo destino final depende de las decisiones de las empresas estadounidenses. El retraso ha dejado en vilo a los exportadores, que temen el rechazo de sus mercancías.
El malestar entre los operadores es palpable, ya que algunos han tenido que pasar la noche en sus camiones debido a la falta de opciones. Sergio Galindo, otro transportista afectado, relató con preocupación cómo algunos conductores temen enfrentar nuevas complicaciones: "Tenemos que dormir aquí, no hay de otra, a ver si no salen los fiscales con que los papeles ya no sirven y hay que cambiarlos por los de ahora", comentó con ansiedad.
A la situación ya complicada se le suma la presencia de operativos de seguridad implementados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo que ha dificultado aún más la exportación de mercancías.
"Un gran error de la aduana, además de las constantes revisiones", indicó Sergio Galindo. A pesar de obtener la aprobación en la modulación, muchos camiones son desviados por fiscales o la Guardia Nacional, retrasando aún más el proceso.
El puente Reynosa-Pharr es uno de los cruces comerciales más relevantes de la frontera, y estos retrasos no sólo afectan a los transportistas, sino que también tienen un impacto directo en la cadena de suministro y en la economía local. La incertidumbre sobre cuándo se normalizará el tránsito mantiene en alerta a todos los involucrados en el sector.
Aunque las autoridades mexicanas aseguran que el proceso de modernización es necesario, los transportistas reclaman soluciones inmediatas y un mayor entendimiento sobre la importancia de su trabajo para el comercio internacional.
En este contexto, la esperanza de una pronta resolución parece ser el único alivio para un sector que ya enfrenta desafíos económicos y operativos.