Alrededor de 20 familias circenses entre las que se encuentran menores de edad, quedaron varados en esta frontera desde hace aproximadamente mes y medio derivado de las restricciones de viaje y operaciones interpuestas ante el covid-19.
Sobre la explanada de lo que antes era un supermercado en el Bulevar del Maestro y Avenida Mozart permanecen las casas móviles, los baño portátiles y estructuras desarmadas en muestra de las afectaciones.
El circo no puede brindar espectáculos, las taquillas están clausuradas y sus ingresos se reducen a cero. “Recibimos la recomendación de las autoridades para quedarnos aquí en lo que pasa la contingencia, nosotros sabemos que esto es grave, no queremos exponer a los trabajadores ni al público, pero es muy difícil encontrar la forma de alimentarnos ya que no hay dinero, todo lo que recibimos es de las taquillas pero ahorita no hay nada”, expresó Pike Gasca, encargado del circo.
El panorama al que se enfrentan no cuenta con una fecha de término, el personal circense varado en Reynosa proviene de diversas partes del mundo, en sus intentos por obtener dinero para comprar comida y pagar salarios han elaborado dulces, así como antojitos que venden en diversos cruceros.
Aunque esta actividad la hacen con restricciones por el Covid-19. “Como administradores del circo tenemos la responsabilidad de pagar salarios, teníamos alrededor de 60 familias pero la gran mayoría pudo retirarse antes, los que nos quedamos es porque dependemos de esto, la gente de esta ciudad nos ha traído comida, lo que agradecemos mucho porque sabemos que nadie tiene para regalar”.
El circo pretendía estar en Reynosa hasta los primeros días de marzo, si la pandemia del Covid-19 no los hubiera afectado, estarían brindando servicio en un municipio de Nuevo León y continuando con su gira nacional.
Gasca pidió el apoyo de la comunidad de Reynosa para soportar la estadía. “Jamás imaginamos que esta enfermedad sería tan grave, no podemos trabajar, si alguien tiene la oportunidad de apoyarnos se lo agradeceremos mucho”.