Recuerdan a caídos en explosión de gasoducto

El monumento, ubicado en el camellón del bulevar Lázaro Cárdenas, se erige como un firme recordatorio del desastre

El 18 de septiembre de 2012, Reynosa vivió uno de los episodios más trágicos de su historia con la explosión en los gasoductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), que dejó un saldo de 31 fallecidos, numerosos heridos y significativos daños materiales. Ayer, en el marco del 12 aniversario de este lamentable suceso, trabajadores sindicalizados de Pemex en la ciudad se unieron para recordar a sus compañeros caídos, llevando una ofrenda floral al monumento erigido en su memoria.

El monumento, ubicado en el camellón del bulevar Lázaro Cárdenas, justo frente a uno de los edificios de Pemex, se erige como un firme recordatorio de la tragedia que enlutó a la comunidad. Este espacio, donde se depositaron las ofrendas florales, simboliza no solo la pérdida de vidas, sino también la resiliencia de una ciudad que sigue adelante, sin olvidar su pasado.

Aunque este año la conmemoración no incluyó una ceremonia formal como en años anteriores —en los que se cerraban calles para honrar a los fallecidos—, el acto de llevar flores y recordar a los compañeros caídos no pasó desapercibido. Los trabajadores de Pemex manifestaron su respeto y solidaridad, reconociendo la importancia de recordar a aquellos que perdieron la vida en un accidente que marcó a la ciudad y a la paraestatal. La explosión de 2012 no solo fue una tragedia personal para las familias de los fallecidos, sino también un llamado a la reflexión sobre la seguridad en las instalaciones de Pemex. A lo largo de estos años, la comunidad ha trabajado para asegurar que eventos como este no se repitan, promoviendo mejores prácticas y protocolos de seguridad en la industria petrolera.

La conmemoración del 12 aniversario se convierte en un momento para que la comunidad y los trabajadores de Pemex renueven su compromiso de honrar la memoria de sus compañeros, asegurando que su sacrificio no sea olvidado. La ofrenda floral, aunque sencilla, es un poderoso símbolo de respeto y homenaje que mantiene vivo el recuerdo de quienes dieron su vida en el cumplimiento de su labor.

En un entorno donde la seguridad debe ser prioritaria, el acto de ayer resalta la necesidad de seguir adelante con la memoria de aquellos que perdieron la vida, trabajando juntos para crear un futuro más seguro para todos. La comunidad de Reynosa continúa unida, no solo en el duelo, sino también en la esperanza de un entorno laboral más seguro y responsable.