Aparte de las pérdidas económicas y el despido de empleados, los comerciantes de la zona centro que cerraron sus negocios, deben enfrentarse a la inseguridad, al temor de que sus locales sean robados durante la pandemia sanitaria.
Por lo que sin abrirlos, los vigilan desde fuera.
Explican que se han reportado varios casos donde saquean material, rompen los candados y se llevan lo que con años de esfuerzo ellos adquieren.
En la calle Zaragoza, los locatarios de un pequeño Mercado se turnan para vigilar.