Ante el temor de que existan novedades en su trámite de asilo en Estados Unidos y no estén presentes para atender, la mayoría de migrantes que en Reynosa pernocta en las calles, se mantiene en la negativa de ser trasladado a un refugio fuera de los límites del Rio Bravo.
Pese a las bajas temperaturas con sensaciones térmicas de hasta tres grados y la lluvia que se ha registrado, prefieren estar con sus familias en las casas de campaña, cubiertas con lonas y plástico, a fin de mantener la temperatura lo más cálido posible.
"Tenemos que estar aquí en Senda de Vida, porque nos pueden hablar para irnos, nosotros estamos en una casita de campaña en una esquina, somos mi esposo, dos hijos y yo, salimos de El Salvador hace 15 días, por supuesto que jamás habíamos sentido un frío así, mucho menos pensamos estar en calle, mojándonos", dijo Jennifer, migrante.
Algunas mujeres embarazadas y madres con hijos han alcanzado un lugar en el Centro de Atención a la Juventud de la colonia Aquiles Serdán que se manera temporal se habilitó.
Pero afuera los menos afortunados buscan entre las paredes, un obstáculo al aire frío. "Venimos de Haiti, llegamos hace un mes, nos colocaron en las listas de cruce para personas solteras pero en realidad tenemos esposa, hijos, solo que ella están allá, toda la ropa que tenemos es donada y las cobijas también, hay mucha gente en Reynosa con las que estamos agradecidos", menciono Marie, migrante Haitiana.
La negativa a irse a un refugio ha orillado a las asociaciones civiles y autoridades a llevar ropa, cobijas, así como alimentos calientes a los alrededores del Rio Bravo, principalmente en el perímetro donde se ubica Senda de Vida y la Casa del Indigente.
De acuerdo a datos oficiales, en Reynosa hay alrededor de 10 migrantes a la espera de asilo en Estados Unidos, pero solo entre 3 mil a 4 mil personas han alcanzado un lugar dentro de un refugio oficial.
El resto de personas tiene la opción de rentar una casa o cuarto de renta, asistir a un centro religioso para dormir, o comprar por su cuenta una casa de campaña y buscar un lugar entre las calles.
En este último escenario, está la mayoría de migrantes. "Si nos vamos de aquí no vamos a estar presentes para irnos, en cualquier momento pueden llamarnos, decirnos que es nuestro turno de cruzar", insistió Miguel, migrante de Honduras.