Con una hija entre los brazos de apenas 2 años, un sombrero y un contenedor de dulces, el reynosense Victor Hugo Cabrera, recorre las calles de esta frontera en búsqueda de recurso para comprar alimento, pagar servicios básicos y medicamentos para su madre, que padece de cáncer.
Son más de mil pesos al día los que requiere para el tratamiento, por lo que sus jornadas de trabajo sobrepasan las 10 horas, recorriendo varias colonias. “Estoy vendiendo dulces para obtener recurso, yo soy padre soltero, tenemos un taller de llantas en la colonia Aquiles Serdán pero ahorita las ventas están malas, entonces tuve la idea de comprar dulces y pedirle a la gente que me compre, a muchos les daría pena, pero a mi no, y tengo que cargar con mi hija”, expresó.
Al medio día, deambula por las calles de la zona centro ofreciendo sus productos, paletas y chocolates en 10 pesos la pieza.
Aunque debe hacer pausas constantes para atender a su hija. “Le doy de comer, reviso su pañal y procuro estar en la sombra, porque ahorita el calor es muy sofocante, además tengo que cuidarla mucho por lo del coronavirus, lamentablemente no tengo otra opción más que salir a las calles a vender“.
En su casa, lo espera su madre quien diariamente requiere 2 inyecciones y alimento especial, así como otra hija quien apenas cumplió un año.
Cabrera ofrece sus dulces a cualquier transeúnte, pero sus ánimos decaen al reconocer que con todo su esfuerzo apenas logra llevar a casa entre el 30 y 40 por ciento de lo que de necesita. “El dinero no es lo más importante en esta vida, es el amor, tener vida, estar con la familia, yo tengo todo eso, pero si hacen falta billetes para que no pasen hambre, si yo tuviera dinero no estará estrenado, les daría mejor vida, por eso me estoy esforzando“.
A diferencia de otros vendedores ambulantes de la zona centro que buscan obtener despensa u otros elementos, él aseguró que solo busca ser exitoso en sus ventas.