Sólo unos meses duró en Reynosa la declaración del semáforo verde para medir el riesgo de contagio al Covid-19, ya que con los aumentos en casos y hospitalizaciones, la Secretaria de Salud estatal determinó el revés al color rojo.
Con ello regresó la alerta para los propietarios de negocios “no esenciales”, ante posibles nuevos cierres y restricciones que no se generan desde abril.
El color rojo, es el máximo riesgo a la enfermedad.
Los “no esenciales”, abarcan la mayoría de actividades comerciales en Reynosa, desde tiendas de abarrotes, conveniencia, departamentales, joyerías, estéticas, restaurantes, florerías, servicios profesionales, actividades de recreación y deportivas.
Cuestionados acerca del regreso al semáforo rojo, comerciantes indicaron: “Lo que pasa es que el protocolo se ha descuidado mucho, por ejemplo en las campañas, a los políticos les interesaba más ganar votos que cuidar a la gente y ahí están las consecuencias, estamos a favor de la prevención, de la sana distancia y cubrebocas, pero no estaremos callados si nos dicen que debemos cerrar, porque no somos los responsables”, comentó María, encargada de una marisquería.
En los primeros meses de pandemia, la mayoría de estos negocios reportaron pérdidas del 90 por ciento, al solo poder trabajar con previas citas o atenciones limitadas.
Pero ahora con la nueva normalidad, su ritmo de operaciones, ventas y capacidad se ha regulado. “Lo que las autoridades deberían hacer es sancionar a la gente que no usa cubrebocas, que está haciendo fiestas sin permiso, no castigar al pequeño o mediano comercio, esto del coronavirus va a estar siempre, esperemos que no quieran cerrarnos a su conveniencia”.
El compromiso de los negocios formales para evitar retrocesos en su capacidad operativa se refleja en la permanencia de filtros sanitarios para ingresar a comprar, pese a que en el más reciente dictamen del comité estatal para la seguridad en salud, se considera opcional.