Nuestro cerebro es como una torre de control que funciona las 24 horas del día sin descanso. Incluso cuando dormimos, este órgano sigue regulando diversos procesos en nuestro cuerpo para que todo funcione bien. Es por esto que es de suma importancia consumir alimentos que mantengan al cerebro sano y fuerte para prevenir problemas de memoria, concentración e, incluso, la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
Piensa en nuestro cuerpo como un automóvil. Si utilizas combustible, aceite y anticongelante de mala calidad, lo más probable es que disminuyas la eficiencia y la vida útil de tu vehículo. De la misma manera, el cerebro requiere de una dieta balanceada y nutritiva para contrarrestar los efectos del envejecimiento y mantenerse sano por mucho más tiempo.
A continuación, te presentamos un listado de los alimentos más dañinos para este órgano que probablemente tienes en tu alacena y consumes diariamente.
BEBIDAS AZUCARADAS
Los refrescos, bebidas energizantes y jugos de frutas que se pueden encontrar en el mercado suelen tener una gran cantidad de azúcar añadido.
De acuerdo con el medio especializado Healthline, este tipo de bebidas no solo aumenta el riesgo de contraer diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, sino que también son muy dañinas para el cerebro.
Una alta ingesta de fructosa (un tipo de azúcar común en estas bebidas) puede conducir a padecer obesidad, presión arterial alta, grasas en la sangre y disfunción arterial. Según el medio, todo este conjunto de factores aumenta las posibilidades de desarrollar demencia.
Por otro lado, un estudio del “Journal of Gerontology” demostró que consumir grandes cantidades de fructosa puede derivar en una resistencia anormal del cerebro a la insulina, lo que afecta funciones como la memoria, el aprendizaje y la formación de neuronas.
COMIDA RÁPIDA CON GRASAS TRANS
Según la Clínica Mayo, las grasas trans se consideran las peores que se pueden llegar a consumir. Usualmente las podemos encontrar en comida rápida y alimentos procesados como pasteles, galletas, pizza congelada, papas y pollo fritos. El principal problema de este tipo de lípidos es su facilidad para aumentar los niveles de colesterol LDL en las arterias. Lo que aumenta el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular.
No obstante, el problema con las grasas trans no acaba ahí. Según la Confederación Española de Alzheimer, el consumo de este tipo de alimentos se ha asociado con la contracción del cerebro y la posibilidad de desarrollar Alzheimer. Además, también pueden ralentizar los reflejos y disminuir la capacidad de respuesta cerebral.
CAFEÍNA
Lo sabemos, el café es uno de nuestros mejores aliados para comenzar las mañanas y muchos no imaginamos nuestra vida sin él. Antes de que te asustes por la posibilidad de dejar de consumirlo, la ingesta de café solo es dañina para el cerebro en grandes cantidades. Según Healthline, unas cuatro tazas de café, equivalentes a 400 miligramos de cafeína, deberían ser seguras para la mayoría de los adultos sanos. Arriba de eso, las cosas pueden ponerse complicadas.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos señala que consumir más de 600 miligramos de cafeína al día puede provocar dolor de cabeza, ansiedad y trastornos del sueño. En casos más extremos pueden aparecer alucinaciones y confusión. El café tiene muchos beneficios por sus antioxidantes, solo hay que procurar su moderación.
SAL
Un estudio con ratones de la revista “Nature” demostró como una alta ingesta de sal está relacionada con un preocupante deterioro cognitivo. Al parecer, la sal afecta a la salud vascular que regula la presión arterial, lo que repercute en el cerebro causando efectos negativos en la realización de sus funciones. Literalmente, disminuye la capacidad para pensar. Lo mejor es evitar añadir sal a alimentos que ya cuenten naturalmente con este ingrediente.