El WiFi utiliza un espectro limitado de frecuencias que se empalman entre sí y no son exclusivos de cada proveedor de servicio o compañía.
El WiFi es una tecnología basada en ondas de radio que le permite a una amplia variedad de dispositivos el acceso a internet de forma inalámbrica. También funciona para vincular entre sí, sin necesidad de cables, diferentes equipos. Sin embargo, el rendimiento del mismo puede verse disminuido por una gran variedad de razones, entre ellas, el canal por el que viajan las ondas del WiFi.
Las redes de WiFi funcionan a través de distintos canales - o frecuencias - a fin de evitar, o reducir en la medida de lo posible, las interferencias entre ellas. Es decir, el router del hogar establece una conexión WiFi en uno (o varios) de estos canales a fin de dirigir el tráfico de datos al utilizar la red. Sin embargo, en ocasiones puede suceder que estos canales se saturan y cause problemas de latencia, inestabilidad, entre otros.
En la actualidad, es común que existan decenas de redes WiFi a nuestro alrededor pues la gran mayoría de los hogares cuentan con este tipo de conexión. Por lo tanto, y aunque el funcionamiento por canales busca evitar interferencias, esto no siempre es posible pues algunos modelos de routers utilizan la misma frecuencia por defecto.
Además, es importante mencionar que el WiFi utiliza un espectro limitado de frecuencias. Muchos routers, o al menos la gran mayoría, emiten ondas en la banda de los 2,4 GHz, que es la más común y con la que todos los móviles con conectividad WiFi son compatibles. Esta banda se divide en 13 canales que se empalman entre sí (cada canal ocupa una parte de los cuatro canales adyacentes). No sólo eso, estos canales no son exclusivos de cada proveedor de servicio o compañía, sino que también se comparten.
Por ejemplo: si el router de los vecinos de al lado transmite en canal 1, el del hogar en canal 2, el de los vecinos del otro lado en canal 3, aún así podrían haber interferencias. Y a esto hay que sumarle las redes que estén al alcance de nuestros dispositivos. Por lo tanto, es una situación común y esperada que hayan frecuencias más saturadas que otras, y si nuestro router utiliza una de las más ocupadas, podríamos tener problemas de latencia, baja velocidad, inestabilidad o pérdida total de señal, menor alcance o conexión intermitente, entre otras situaciones del estilo.
Para solucionar este problema, si es que lo tienes, primero debes saber si el canal que utiliza tu red de WiFi está saturado. En caso de ser así, únicamente deberás cambiarlo. Pero, ¿cómo?
1. Escanea y analiza la situación. Para saber qué canales están más libres o saturados se pueden utilizar aplicaciones como WiFi Analyzer (disponible para Android y Windows 10). Una vez descargada, ejecútala para realizar el análisis de canales.
2. Revisa los resultados. La aplicación mostrará tanto las redes a tu alrededor, como su intensidad de señal. Además, en el apartado de gráfico de canales se mostrarán cuáles son los canales ocupados por cada una de las redes a tu alrededor. Mientras que en la clasificación de canales, la aplicación puntuará los canales; a mayor número de estrellas, menos saturación de canal.
3. Escoge canal. Con base en los hallazgos del WiFi Analyzer, escoge el canal que más te convenga. Puede suceder que tu red ya utilice ese canal. Pero, si aún no lo hace, deberás cambiarlo.
Para cambiar la frecuencia, deberás entrar a la configuración del router.
4. Entra a los ajustes. La manera más sencilla de hacerlo es con la dirección IP del router de nuestro hogar. Deberás escribirla en la barra de direcciones del navegador a través de un móvil o PC conectados a esa red WiFi. Esta dirección puede variar de un proveedor y modelo a otro. Pero en México, lo más común es 192.168.1.254 (para Telmex). En caso de que no sea así, puedes ubicar la dirección IP a través del Símbolo de Sistema usando el comando ipconfig. Una vez ejecutes ipconfig, ubica la línea que dice “puerta de enlace predeterminada”. Ahí, verás cuatro números separados por un punto; esa es tu dirección IP. Escríbela en el navegador.
5. Ingresa la información necesaria. Después de escribir la dirección IP y presionar Enter, te aparecerá una pantalla que te pedirá credenciales de acceso (nombre de usuario y contraseña). Esto también puede variar de un proveedor a otro. Si no estás seguro de qué información poner ahí, o no puedes acceder, deberás ponerte en contacto con tu proveedor para que te dé los datos necesarios. También puedes revisar el manual de usuario del router y verificar si la información requerida se encuentra ahí.
6. Localiza el apartado de redes inalámbricas. Cada router es distinto. Sin embargo, todos deberían tener una opción para cambiar la configuración de la red inalámbrica y, dentro de esos ajustes, una línea o sección para modificar el canal de transmisión.
7. Guarda los ajustes. Cuando hayas hecho los cambios necesarios, guárdalos. Es posible que se interrumpa momentáneamente tu servicio de WiFi.
8. Confirma la modificación. Después de realizar los ajustes necesarios, podrías volver a escanear con WiFi Analyzer para asegurarte que tu router ahora esté en el canal que tú elegiste.
Es importante mencionar que si no estás seguro de los cambios a realizar, o no encuentras las secciones de ajustes necesarias, evites modificar la configuración para no causar fallos en el servicio.