Dejar de fumar no es una tarea fácil. Lo saben sobre todo las personas fumadoras que, en algún momento u otro, han intentado dejar de fumar, consiguiéndolo o no. El tabaquismo es una adicción muy frecuente, que conduce a muchas de las personas que la sufren a probar técnicas diversas que les ayuden a dejar de fumar.
Pero las personas del entorno, ¿podemos ayudarlas? ¿Conoces a alguien que esté dejando de fumar? ¿O eres tú el que lo está intentando? En este artículo conoceremos 10 técnicas o estrategias efectivas sobre cómo ayudar a una persona que está dejando de fumar.
CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA QUE ESTÁ DEJANDO DE FUMAR
Podemos ayudar a una persona en plena desintoxicación del tabaco de muchas maneras, aunque es bien cierto que solo ella podrá conseguirlo, por sí sola, si realmente tiene la motivación necesaria y aplica el esfuerzo adecuado. Vamos a conocer 10 consejos útiles sobre cómo ayudar a una persona que está dejando de fumar.
1. REFORZAR POSITIVAMENTE
Una estrategia que podemos utilizar sobre cómo ayudar a una persona que está dejando de fumar es reaccionar de forma positiva cuando dicha persona no fume cuando lo desearía, o cuando emita algún tipo de comentario relacionado con los beneficios de no fumar. Podemos elogiar su conducta, reforzándola, animándole a seguir por ese camino y valorando sus esfuerzos.
2. OFRECER APOYO
Otra técnica que podemos utilizar es ofrecer apoyo a esa persona en todo momento, especialmente cuando lo necesite. Debe saber que estamos ahí para ayudarle y para evitar que vuelva a recaer, en la medida posible. Esto lo podemos hacer a través de acciones (no fumar cuando él/ella esté delante, en el caso de que también seamos fumadores/as), a través de gestos, palabras, etc.
El objetivo es ayudarle a mantener la motivación y que no se sienta solo/a. Es imprescindible que sienta que lo podemos entender, y que somos conscientes de que está atravesando un momento duro.
3. NO FUMAR DELANTE SUYO
En relación a la técnica anterior, encontramos esta ya mencionada, pero vamos a desarrollarla más. Una persona que fuma, y que se está desenganchando de la adicción, sentirá una gran tentación cuando otras personas delante suyo fumen. Para evitar esa tentación, podemos dejar de fumar cuando esté presente.
En cierta manera, se trata de un acto de solidaridad y empatía. Esto es recomendable aplicar en los primeros momentos del “desenganche”; sin embargo, también es bueno que con el tiempo, esa persona pueda acostumbrarse a estar en entornos donde la gente próxima fume, y que aún así no lo haga. Esto fortalecerá su desenganche.
4. HABLAR
Otra forma de ofrecer apoyo es hablar sobre el tema siempre que la otra persona lo necesite. A través de las conversaciones, podemos reforzar su decisión de dejar de fumar, haciéndole ver la importancia de su decisión, y las razones por las que es recomendable que no fume (aunque probablemente ya las sepa); esto reforzará su decisión y además, irá tomando más conciencia de los aspectos negativos del tabaco.
También será importante escuchar a la otra persona, dejando que se explaye en la explicación de sus sentimientos y emociones. Sin embargo, cabe decir que tampoco es bueno estar “siempre” hablando del tabaco; deberemos fomentar momentos de desconexión del tema.
5. NO JUZGAR
Tanto si creemos que es una buena opción dejar de fumar como si creemos que no lo es, seamos fumadores o no, es bueno que no juzguemos la decisión de la otra persona de dejar de fumar; además, deberemos respetar su decisión tanto si vemos a la otra persona capaz de conseguir la abstinencia absoluta como si no la vemos capaz.
Será importante guardarnos los comentarios que impliquen una burla, un juicio, un aspecto negativo o una desmotivación para él/ella.
6. NO SERMONEAR / REGAÑAR
En línea con lo anterior, otra forma relacionada con cómo ayudar a una persona que está dejando de fumar, es no regañarla como si fuera un/a niño/a pequeño/a, ya que es probable que esta persona sea adulta, y que las reprimendas más que ayudarle, le hagan enfadar o obstaculicen su desenganche.
Es decir, no debemos actuar como profesores o padres, sino como amigos y amigas, desde el respeto y el sentido común.
7. EMPATIZAR
Como hemos ido viendo, aunque pueda parecer una decisión fácil o un camino sencillo, el hecho de decidir que se deja el tabaco, y que se inicia este nuevo rumbo, no es para nada sencillo. Recordemos que se trata de una adicción, y no de un simple capricho. Es por ello que debemos empatizar con la otra persona, tanto en los buenos momentos como en los momentos de recaída.
Esto implica entender que pueda estar irritable en los momentos de “mono”, por ejemplo. Al final, esa persona debe sentir esa comprensión; si además siente que lo podemos entender, se sentirá más arropado y con más fuerza.
8. SER POSITIVO
Cuando nos rodeamos de personas positivas, nuestro estado de ánimo mejora. Si esta persona lo está pasando realmente mal y tiene personas a su alrededor que lo animan, que intentan ver la parte positiva de las cosas, esto puede ayudar a mejorar su optimismo y a que se sienta capaz de conseguir el éxito, logrando y manteniendo la abstinencia.
Es decir, afortunadamente a veces el positivismo se contagia, y es evidente que una persona constantemente negativa solo perjudicará a la persona que esté dejando de fumar.
9. FOMENTAR QUE SE DISTRAIGA
Otra estrategia sobre cómo ayudar a una persona que está dejando de fumar es intentar que la otra persona no piense tanto en el tabaco ni en el “mono” de fumar (síndrome de abstinencia), proponiéndole planes y actividades para hacer conjuntamente.
El hecho de que haga otras cosas y de que mantenga la mente ocupada evitará que se centre en el deseo y las ganas de fumar, alejando este tipo de pensamientos y sensaciones. Estas actividades pueden ser algo tan sencillo como salir a pasear, ir a tomar un café, ir al cine, hacer deporte, etc.
10. ANIMARLA A HACER COSAS
Finalmente, el último consejo sobre cómo ayudar a una persona que está dejando de fumar tiene que ver con su nueva energía o estado de ánimo; así, es probable que la persona que esté dejando de fumar, si realmente lo está consiguiendo, se sienta cada vez más enérgica y con mejor estado anímico.
Podemos aprovechar estos momentos para animarla a que salga, a que siga con ese estilo de vida saludable, y a que aproveche su nuevo estado enérgico. Debemos enfocarlo como una nueva manera de disfrutar que debe aprovechar.