Una de las preocupaciones de los padres durante el verano es que los niños y las niñas olviden lo que aprendieron durante el curso. Es una inquietud que tiene su fundamento.
Recientes estudios indican que durante el periodo vacacional hay una pérdida de conocimientos, sobre todo en el área de las matemáticas. Este hecho se agrava si las matemáticas han sido estudiadas de una manera mecánica y poco relevante para ellos, es decir, si aprender matemáticas se ha reducido a hacer cuentas y ejercicios repetitivos y no han utilizado experiencias reales ni materiales manipulativos ni juegos. Cuando los niños estudian solo memorísticamente el aprendizaje no es duradero.
Año tras año vemos cómo es necesario destinar los primeros días de curso a revisar los contenidos del año académico anterior porque muchos niños han olvidado conocimientos básicos que necesitan para seguir avanzando. Te preguntarás que si la escuela en septiembre ya hace este repaso ¿por qué los niños deberían hacer algo en el verano?
La realidad es que ni en el mes de junio todos los niños tienen el mismo nivel ni todos olvidan con la misma facilidad. Por ello, es recomendable el realizar actividades para refrescar lo que han aprendido durante el curso y no dejarlo todo para septiembre. Incluso para algunos niños es una oportunidad para comprender conceptos que no entendieron en el colegio. Ahora tienen más madurez y el ritmo es más sosegado.
Cuando hablo de actividades, no me refiero a realizar hojas con operaciones (a no ser que a tu hijo o hija le apasionen) sino a practicar las matemáticas de una manera significativa y divertida a partir de situaciones cotidianas.
SE PROPONEN MATEMÁTICAS DE MAERA DIVERTIDA
1. Matemáticas en el exterior
En estos meses, los niños pasaron muchas horas al aire libre, ya sea en la piscina del barrio, en la playa o en el campo. ¿Cómo utilizar estos espacios para aprender matemáticas? Te sugiero tres ideas que podrás adaptar a la edad de tus hijos.
2. UTILIZA
recipientes caseros como vasos de plástico, envases de yogur o botellas de distintos tamaños. A los niños les encantará llenarlos de agua o de arena. Anímales a que comparen medidas y capacidades. Los pueden usar en el jardín o cuando vayan a la playa o el campo.
3. Lleva siempre en la mochila un juego de cartas o de dados. Las cartas ocupan poco y son ideales para repasar el cálculo mental. Puede ser una baraja española o un juego específicamente creado para realizar operaciones aritméticas como Hurry Count.
4. Incluye una
lectura matemática. En verano los niños tienen más tiempo para leer. Aprovecha esa situación y ofréceles cuentos o libros con contenido matemático. Elige aquellos que te parezcan más valiosos tanto por su argumento como por sus ilustraciones.
5. Matemáticas en los viajes
Como ya escribí aquí hace unos días, en los desplazamientos veraniegos podemos dedicar un tiempo a repasar matemáticas de forma divertida. Por ejemplo, si estás viajando en coche, sugiéreles buscar matrículas cuyos dígitos sumen 20 y de esta forma practicarán el cálculo mental.
3. MATEMÁTICAS EN LO COTIDIANO
Anima a tus hijos a que te ayuden a planificar, comprar, repartir o cocinar. Aunque no lo parezca, todas estas acciones del día a día ayudan a los niños a adquirir habilidades y capacidades que necesitan para resolver problemas matemáticos.
Por ejemplo, las compras son un buen momento para utilizar las matemáticas. Pueden estimar el precio final de una compra, valorar si una oferta es interesante o calcular cuál es el envase más económico de un producto. Un buen manejo de los precios, los formatos y los descuentos es de gran utilidad en la vida y ayuda a repasar matemáticas.
Como ves, la fórmula es sencilla, solo necesitas un poco de creatividad y animarles a pensar y razonar de forma lógica en cualquier pequeña tarea de cada día. Ponte “las gafas matemáticas” y detectarás ciento de oportunidades para que tus hijos o hijas repasen lo aprendido este verano.