¿Cómo estimular el pensamiento crítico de mi hijo?

Una habilidad esencial que debe trabajarse en la crianza.

Es importante tomar consciencia del impacto que tienen tanto el estilo de crianza que elegimos para casa como el estilo educativo que se impone en la escuela donde nuestro hijo está escolarizado. En muchas ocasiones, lamentablemente, el pensamiento crítico no es algo que se potencie y esto tiene un fuerte impacto en el desarrollo de los niños.

Para poder estimular el pensamiento crítico en nuestros hijos, primero debemos comprender bien de qué se trata. Ese es el primer punto que desarrollamos en este artículo. Seguidamente hablaremos de los beneficios que este aporta a nuestros hijos. Asimismo, explicaremos algunas estrategias y actividades que nos pueden ayudar a fomentar el pensamiento crítico.


¿QUÉ ENTENDEMOS POR PENSAMIENTO CRÍTICO?

Son muchas las definiciones que podemos encontrar a lo largo de la historia en relación con esta idea puesto que es algo que ha servido de foco de trabajo para muchos autores. De forma sencilla, podríamos decir que el pensamiento crítico hace referencia a la capacidad de analizar las situaciones, utilizar la lógica y evaluar la consistencia de los razonamientos.

En este sentido, el pensamiento crítico permite que los infantes puedan evaluar, analizar y reflexionar sobre la información que obtienen en los libros, los medios de comunicación, los vídeos, etc. A partir de este análisis y, mediante el uso de la lógica, se espera que puedan tomar decisiones informadas y actuar de forma congruente.

Es importante comprender que el pensamiento crítico ayuda a la toma de decisiones informadas, potencia la resolución de los problemas y también les anima a cuestionar lo que les rodea o la información que reciben. Todo esto es básico para que un niño pueda disfrutar de un desarrollo óptimo y un bienestar mental.

No podemos olvidar que vivimos en la era digital en la que la información es muy accesible para todas las personas. Sin embargo, disponemos de tanta información que, en muchas ocasiones, recibimos contenido que no es real y puede llegar incluso a ser perjudicial. De ahí que sea especialmente importante que estimulemos el pensamiento crítico en nuestros hijos.


¿QUÉ APORTA EL PENSAMIENTO CRÍTICO AL DESARROLLO DE MI HIJO?

Ya se han mencionado brevemente algunos de los beneficios que se obtienen a raíz de tener la capacidad de pensar y analizar nuestro entorno de forma crítica y lógica. A continuación se mencionan de forma más detallada las principales aportaciones con las que el pensamiento crítico puede enriquecer a nuestros hijos a lo largo de su vida.


1. DESARROLLO COGNITIVO

Cuando invitamos a nuestros hijos a reflexionar sobre las cosas que les rodean y la información que les llega, les estamos invitando a desarrollar su curiosidad y su capacidad de reflexión, entre otras habilidades mentales. Así pues, es una forma de potenciar su desarrollo cognitivo.


2. TOMA DE DECISIONES

Tal y como hemos comentado, el pensamiento crítico fomenta la toma de decisiones informadas y responsables. Al obtener información, la pueden analizar, comparar y contrastar con otros datos que ya tengan o incluso hacer las preguntas que necesiten. Finalmente, tomará las decisiones que considere más adecuadas.


3. SEGURIDAD PERSONAL

Al fomentar el pensamiento crítico en nuestros hijos, también estamos asentando las bases para que tengan una buena autoestima y seguridad en sí mismo/a. Si le animamos a hacerse preguntas, reflexionar y tomar decisiones en la medida de sus posibilidades, estamos fomentando también su autonomía y confianza.


4. HABILIDADES SOCIALES

Con el pensamiento crítico se desarrollan otras habilidades como la empatía, la curiosidad, la autocrítica, la autocorrección y la flexibilidad cognitiva. Todo ello, sin duda, le ayuda a mejorar sus habilidades sociales.


ESTRATEGIAS PARA FOMENTAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO EN CASA

Como padres y madres nuestro papel en el desarrollo del pensamiento crítico de nuestros hijos es crucial. A continuación se mencionan los principales puntos que nos ayudarán a fomentar esta habilidad en los más pequeños de la casa:


Evitar la imposición de nuestros pensamientos o creencias.

Hacer preguntas abiertas que den lugar a la reflexión.

Mostrar que nos interesa lo que piensa.

Estimular sus intereses.

Dar tiempo para pensar y analizar la información.

Fomentar el debate y la conversación abierta y respetuosa.

Enseñar a diferenciar lo importante de lo que es secundario.

Dejarle decidir de forma autónoma en la medida de lo posible.

Dar espacio para el juego libre y el uso de la imaginación.

Permitir espacio para que intenten resolver sus problemas antes de intervenir directamente.

Potenciar el desarrollo de diferentes soluciones.

Ayudarles a analizar los pros y contras de las situaciones o decisiones.

Darles herramientas para poder buscar explicaciones y respuestas a sus inquietudes.

Incorporar actividades abiertas en las que no haya un «buen» o «mal» resultado.

Actividades recomendadas y aspectos a evitar para estimular el pensamiento crítico

Para poder llevar a cabo lo expuesto en el párrafo anterior, podemos ayudarnos de algunas actividades concretas. Por ejemplo, promover la lectura de libros que le inviten a la reflexión por su contenido. Es interesante que hablemos sobre lo que ha leído y fomentemos el debate respetuoso. En esta misma línea, se puede favorecer el espacio de diálogo respetuoso en forma de debate en el ámbito familiar. El objetivo de esta propuesta es que nuestros hijos aprendan a dar valor y defender sus posturas e ideas de una forma asertiva y argumentada.

Otras actividades que nos pueden ser de ayuda en este sentido son los juegos de lógica y estrategia, por ejemplo. Del mismo modo, podemos proponer actividades en las que los niños creen cosas (historias, dibujos, construcciones) y deban tomar decisiones para poder resolver problemas. Por último, es interesante tener en cuenta algunas conductas que es mejor que los adultos evitemos si queremos fomentar el pensamiento crítico. A veces puede ser realmente difícil, pero debemos intentar no responder a todas sus preguntas de forma inmediata, esto hará que su capacidad de búsqueda y reflexión se vean incrementadas.

Además, debemos evitar la imposición de nuestras ideas o creencias para fomentar que ellos mismos desarrollen las suyas. Siguiendo esta idea, debemos intentar evitar la sobreprotección. Es decir, para nuestros hijos es enriquecedor enfrentarse a desafíos intelectuales y retos, siempre y cuando sean apropiados para su edad.