Si bien hace décadas se asumía que la maternidad es siempre una experiencia generadora de bienestar y felicidad, a medida que ha ido aumentado la sensibilidad social alrededor de los temas relacionados con el género, nos hemos ido dando cuenta de que la realidad es algo más compleja.
Sí, es cierto que para millones de mujeres el hecho de tener un bebé forma parte de los momentos más felices de la vida; sin embargo, no tiene por qué ser así en todos los casos, y no son raras las ocasiones en las que dicha experiencia es vivida como algo emocionalmente oloroso o, como mínimo, agridulce.
La depresión posparto es tan solo una parte de esta realidad tan compleja que engloba a la maternidad. Por suerte, hay algunas cosas que podemos hacer para reducir las probabilidades de que aparezca y genere un malestar innecesario. Así pues, veamos algunas estrategias para prevenir la depresión posparto (en la medida de lo posible).
¿QUÉ ENTENDEMOS POR DEPRESIÓN POSPARTO?
Como su nombre indica, la depresión posparto es una alteración del estado de ánimo que genera síntomas de tipo depresión, que está asociado con las semanas posteriores al parto, y que puede durar varios meses, hasta un año después del nacimiento. Puede afectar con mayor o menor intensidad a ambos sexos, aunque su intensidad y frecuencia son mayores en el caso de las mujeres. De hecho, se estima que afecta a aproximadamente un 14,5% de las mujeres que han estado pasando por el embarazo.
Por otro lado, como este tipo de depresión tiene un efecto en el modo en el que la persona se relaciona con el entorno y con los además, también suele ser una fuente de malestar para los familiares, de modo que muchas veces son ellos quienes insisten en la necesidad de acudir a psicoterapia.
CONSEJOS PARA PREVENIR LA DEPRESIÓN POSPARTO
En primer lugar, cabe tener presente que no existen "recetas mágicas" para librarnos al 100% del riesgo de sufrir una depresión posparto; todo lo relacionado con las emociones y el estado de ánimo está, por naturaleza, más allá de los procesos psicológicos que controlamos a voluntad. Por eso, lo que encontrarás a continuación son consejos generales que influyen de manera directa o indirecta en las principales causas de esta alteración, aunque nunca hay una sola causa ni un solo desencadenante que explique este problema psicológico, sino una combinación de varios factores.
Por último, ten en cuenta que si incluso siguiendo estos pasos desarrollas depresión posparto, no debes culparte por ello, precisamente por lo comentado anteriormente: no tienes un control absoluto sobre tu mente. Así pues, en ese caso, acude a psicoterapia.
1. EVITAR EL CONSUMO DE DROGAS DESDE ANTES DEL EMBARAZO
Todo el mundo sabe que hay que evitar el uso de drogas si se está embarazada; sin embargo, a menudo se pasa por alto que el efecto nocivo de estas sustancias puede seguir estando presente incluso cuando el organismo ya las ha expulsado del cuerpo, porque quienes han interiorizado el hábito de consumir estos productos o incluso ha desarrollado una adicción previamente, son más susceptible a estar menos equipado para gestionar adecuadamente el estrés y la ansiedad. No hay que olvidar que los efectos de los trastornos adictivos nunca desapareen totalmente, y afectan al individuo incluso si no se produce una recaída.
Por eso, es importante cesar cuanto antes el consumo de drogas legales o ilegales, de modo que su influencia sea mínima durante el embarazo y los meses siguientes.
2. PEDIR AYUDA
Las personas que son conscientes de contar con una red de apoyo en sus familias o amistades son menos proclives a desarrollar alteraciones del estado del ánimo como la depresión postparto. Por eso, es importante dejar atrás esa inercia que inclina a muchas personas a intentar dar una imagen de "fortaleza", y pedir ayuda si se necesita, incluso de antemano. El embarazo es una etapa clave, y se da por sentado que es un motivo justificado para necesitar apoyo ante ciertos retos del día a día.
3. DORMIR BIEN Y EL TIEMPO SUFICIENTE
Contar con hábitos del sueño adecuados es importantísimo para proteger nuestro equilibrio emocional, y si hay un embarazo de por medio, aún más. Por eso, otra de las maneras de prevenir la aparición de la depresión postparto es fijarse un horario muy claro en el que se especifica cuándo hay que irse a la cama y dormir. Hay que evitar caer en la trampa de que al no ser una "hora límite" obligada o impuesta por los demás es menos importante.
4. PREPARARSE PARA LA MATERNIDAD, PERO SIN EXCEDERSE
Muchas madres asumen que para "dar la talla" ante el reto de fomentar una gestación adecua y unos primeros meses de cuidados saludables para el bebé, deben dedicar casi todo su tiempo libre a informarse sobre qué hacer, a hablar con otras madres, a acudir a cursos y talleres, etc. Está claro que implicarse en procesos de aprendizaje relacionados con el embarazo y la maternidad está bien, pero hay que ser capaces de desconectar de todo eso, y de las responsabilidades en general.
No solo por el bien de nuestra salud mental en el momento presente, sino también para evitar sufrir una gran presión en el momento en el que sintamos que hay que aplicar todo lo aprendido durante horas y horas de leer, de hablar, de participar en formaciones, etc. No hay que fijarse como objetivo ser la madre perfecta o el padre perfecto, o esas expectativas nos desgastarán psicológicamente dando paso al estrés y a la frustración.
5. NO ASUMIR QUE LA MATERNIDAD ES FELICIDAD
Como he adelantado, el embarazo y todo lo asociado a la maternidad está muy ligado culturalmente a unos roles de género determinado que llevan a idealizar esta experiencia, a verla como el punto álgido de la vida de la mujer. Es por eso que quienes no se sienten totalmente colmadas por la felicidad al pasar por esto, tienden a sentirse mal, o incluso a sentir culpa por ser "malas madres".
En este sentido, es importante hacer un trabajo previo de cuestionamiento de esos roles de género femeninos y de esas expectativas puestas ahí a través de la presión social y ciertas tradiciones que han ido pasando de generación en generación.
6. ACUDIR A PSICOTERAPIA SI NOS SENTIMOS EMOCIONALMENTE VULNERABLES
En la consulta del psicólogo encontrarás la ayuda que necesitas en estos casos: aquella que se adapta a tus necesidades y problemas como persona única e irrepetible.