En la división de las colonias Cañada y Las Fuentes en una transitada avenida hay una vivienda de dos pisos que en años pasado era una lujosa mansión llamativa en el rumbo, pero que al poco tiempo fue deshabitada y desde entonces permanece abandonada y se ha formado una leyenda a su alrededor, pues ahora la conocen como “La Casa de los Duendes”.
El sobrenombre le vino ante la presunta historia de que los habitantes desertaron de la cómoda vivienda, tras experimentar presuntas actividades paranormales.
Se cuenta que en sus bardas en las cuatro esquinas había figuras de duendes mirando hacia los cuatro puntos cardinales y por las noches, esos duendes cobraban vida y se movían de sus pedestales para vagar por los jardines y asustar a transeúntes por las noches.
Dicen que la actividad de los duendes era tal que terminó por intimidar a los moradores de la casona, quienes decidieron marcharse y dejarla como tal.
Los años han pasado y aunque ha sido puesta en venta, nadie hasta ahora se ha animado a poseer la propiedad.
Los duendes que estaban colocados en lo alto de sus bardas, fueron retirados, pero aun así se cuenta que se les sigue observando, al igual que sombras, ruidos y risas que salen dentro de la casa.