La sociedad actual se caracteriza por ser enormemente competitiva, siendo habitual que a todos y cada uno de los ciudadanos se nos exige un alto nivel de competencia en distintas áreas, dominios y ámbitos.
Se trata de algo muy presente en nuestro día a día, y tanto competencia como competitividad a menudo están vinculados y se dan de la mano especialmente en el ámbito laboral, con lo que a veces son confundidos entre sí. Sin embargo, en realidad son conceptos distintos que hacen referencia a distintos constructos. Es por ello que de cara a aclarar en qué se distinguen, a lo largo de este artículo vamos a ver cuáles son las diferencias entre competencia y competitividad.
COMPETITIVIDAD Y COMPETENCIA: UNA DEFINICIÓN GENERAL
De cara a poder aclarar cuáles son las principales diferencias entre competencia y competitividad, puede ser interesante en primer lugar establecer una definición general de cada uno de estos dos conceptos.
Entendemos por competitividad al tipo de relación interpersonal que se establece entre dos o más personas o grupos con el fin de obtener un fin o cumplir con un objetivo determinado, en la cual al menos una de las partes pretende ser mejor u obtener mejores resultados que sus competidores.
La persona competitiva pretende ser la primera o la mejor en algo, en una comparación constante con el rendimiento de los demás, y suelen buscar el éxito y los beneficios de estar por delante de los demás, sea mediante el esfuerzo para superar las capacidades de los competidores o bien reduciendo a la competencia por otras vías.
En lo que respecta a la competencia, esta se entiende como la capacidad para desenvolverse, progresar y dominar una habilidad. Se trata del desarrollo y la adquisición de pericia en algo, a menudo obtenida mediante el esfuerzo y la práctica reiterada. La persona competente es aquella que es capaz de hacer frente a la tarea que se le demanda con gran eficacia. Por otro lado, el término competencia también tiene entre sus acepciones el de disputa o confrontación con otros por un mismo objetivo.
LAS PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE COMPETENCIA Y COMPETITIVIDAD
Competitividad y competencia son conceptos a menudo muy vinculados en el mundo de las empresas y de la economía. Ambos exigen un gran esfuerzo por parte del individuo y suelen aparecer de manera conjunta: por lo general para ser competitivo se necesita tener un mínimo de competencia, a la vez que a menudo es posible mejorar la competencia en una tarea mediante la competición con los demás.
Pero como ya hemos mencionado, y como puede extrapolarse a partir de sus diferentes definiciones, ambos conceptos tienen algunas diferencias clave que los distinguen. Entre ellas, algunas de las diferencias principales son las siguientes.
1. FOCALIZACIÓN EN LA TAREA VS EN LOS DEMÁS
Una de las diferencias más marcadas entre competitividad y competencia se puede encontrar en el objeto de focalización de la persona.
La competitividad implica poner el foco en lo que hacen los demás y en la comparación del propio rendimiento con respecto a estos. Se mira la posición que tenemos respecto a los demás.
La competencia, por el contrario, se centra más bien en la tarea a acometer, siendo el desempeño en la actividad lo que marcará el nivel de competencia.
2. OBJETIVOS DIFERENTES
También el objetivo de la competencia y la competitividad es diferente.
El objetivo de la competencia es principalmente el acercamiento a la meta u objetivos propuestos, procurando únicamente hacer la tarea de manera eficiente y en todo caso mejorar la propia habilidad.
En el caso de la competitividad lo que se busca es quedar por encima o ser superior al resto, independientemente de cuál sea el desempeño o nivel de competencia individual. Es decir, es una voluntad de superación relativa a lo que están haciendo los demás.
3. PUNTO DE VISTA
Los conceptos de competencia y competitividad pueden hacer ambos referencia a la existencia de una situación de conflicto entre personas o grupos, pero lo hacen desde posiciones diferentes.
La competitividad hace referencia a la actitud o manera de actuar que toma una persona con respecto a aquellas que considera sus rivales. Así, es un concepto que pone el foco en un elemento individual, dejando de un lado el resto de las partes que intervienen en un contexto de competición.
La competencia, cuando se entiende desde la acepción de conflicto o disputa, hace referencia a la situación o la existencia de “otros” con los que competir, más que a la actitud que se toma respecto a ello. Por consiguiente, describe un contexto general en el que hay muchos agentes interactuando entre sí, y no se centra en un individuo (sea persona o empresa).