La grasa de la zona abdominal es más difícil de eliminar que otras grasas. Veamos por qué y si esta se puede realmente combatir.
A medida que envejecemos, tanto hombres como mujeres empezamos a acumular grasa en el abdomen, esta grasa aparte de causarnos malestar psicológico porque no nos vemos bien, también es difícil de eliminar, lo que puede generar frustración. La grasa abdominal acumulada parece imposible de perder a pesar de los esfuerzos nutricionales y deportivos. Pero... ¿Por qué la barriga se resiste a regímenes alimenticios y ejercicio? ¿Existe una manera eficaz de combatir esta grasa?
En este artículo hablaremos de la grasa en general y el proceso por el cual se elimina, exponiendo los motivos por los cuales resulta más complicado eliminar la grasa de la zona abdominal en particular, y cómo podemos intentar perderla de una manera saludable.
¿CÓMO ACUMULA GRASA NUESTRO CUERPO?
Lo primero que hay que explicar es que cuando utilizamos la palabra grasa nos referimos a la grasa presente en nuestro organismo, ya que en bioquímica se utiliza como un término general para designar varios tipos de lípidos. En concreto, la empleamos para referirnos a los acilglicéridos. Estos son moléculas formadas por uno, dos o tres ácidos grasos unidos a una molécula de glicerina, formando monoglicéridos, diglicéridos y triglicéridos respectivamente.
Existen unas células en nuestro cuerpo, los adipocitos, que son las encargadas de guardar los ácidos grasos, formando el tejido adiposo. Este proceso, a través del cual almacenamos energía, forma parte del metabolismo. Nuestro cuerpo descompone lo que comemos en pequeñas partes para usarlas posteriormente en la reconstrucción de células y tejidos. A través de esta fragmentación obtiene energía para todos sus procesos.
La grasa acumulada en los adipocitos no viene directamente de la grasa que se ingiere, sino del exceso de energía. Nuestro cuerpo también transforma azúcares en ácidos grasos, por lo tanto, aunque no comamos nada de grasa, podemos acumularla. La ganancia de grasa viene dada por el aporte en energía de cada alimento: las grasas aportan nueve calorías por gramo, el doble que el aporte de hidratos de carbono y proteína (que es de cuatro calorías por gramo), por eso es importante moderar el consumo de grasas, pero no evitarlo, ya que los lípidos son constituyentes esenciales de nuestras células.
FUNCIONES DE LAS GRASAS
La primera función del tejido adiposo (graso) es aportar energía en periodos de ayuno. Cuando pasamos largas horas sin ingerir alimentos, el tejido adiposo, a través de la lipólisis, libera ácidos grasos para proporcionar energía al resto del cuerpo. Es gracias a la liberación de ácidos grasos que perdemos peso cuando estamos a dieta.
El tejido adiposo también tiene una valiosa función de protección contra el frío y sujeta y protege los órganos como riñones y corazón.
¿QUÉ ES LA GRASA ABDOMINAL?
La grasa puede acumularse en diferentes partes del cuerpo y no presenta las mismas características. La capa de grasa que se sitúa justo debajo de la piel es la que conocemos como grasa subcutánea y aunque plantea problemas estéticos para algunos, no es peligrosa para la salud.
La grasa visceral se localiza en la cavidad abdominal y rodea sus órganos internos (intestinos, hígado, riñones, etc.). Presenta un estado semi-líquido y un exceso se relaciona con el riesgo de sufrir diferentes patologías, frecuentemente: diabetes tipo 2, cardiopatía, presión arterial alta, problemas respiratorios y colesterol anormal.
¿POR QUÉ ACUMULAMOS GRASA ABDOMINAL?
Como hemos visto antes, hay que saber de qué tipo de grasa abdominal estamos hablando. Hay que intentar distinguirla, normalmente un poco de barriguita, una cintura con un perímetro de menos de 89 centímetros (en mujeres) y un índice de masa corporal normal, no indican ningún problema de salud y se trataría de grasa subcutánea. Aunque, solo un examen médico puede realmente determinar el tipo de grasa que estamos acumulando.
Independientemente de su origen, son varios los factores que pueden favorecer los depósitos de grasa, y la dificultad para combatirla. Sea cual sea su origen, son varios los factores que intervienen en su presencia y en la dificultad de deshacerse de ella.
1. DESEQUILIBRIO HORMONAL
Las hormonas han sido señaladas por diferentes especialistas como las principales responsables de la grasa abdominal.
Para los hombres, a medida que pasan los años, disminuyen sus niveles de testosterona. La testosterona, además de aumentar el metabolismo gracias al mantenimiento de la masa muscular y el aumento de la energía, también frena la expansión de los adipocitos. Por eso, es más fácil con los años ganar volumen en la zona del abdomen.
Las mujeres jóvenes, por motivos relacionados con la maternidad, acumulan grasa en las caderas y los muslos. Pero con la llegada de la menopausia y la premenopausia, se dejan de liberar óvulos y el cuerpo produce una menor cantidad de hormonas femeninas. Los cambios en los niveles de estrógenos son los responsables de la redistribución de la grasa. Sin embargo, esta redistribución tiene como objetivo proteger la pérdida de densidad ósea. Aunque para algunos sea un problema, es la forma que tiene la naturaleza de protegernos.