Tras más de 14 meses de crisis económica por la pandemia sanitaria del Covid-19, aquellos negocios que se dedican a la venta de trajes y vestidos para fiestas comienzan a registrar ganancias.
Aunque los números no se comparan a las temporadas anteriores, los dueños relatan que la recuperación ha sido paulatina. “Tuvimos meses en ceros, en números rojos, en donde nos vimos obligados a descansar personal porque no teníamos dinero ni siquiera para pagar la luz, pero en las últimas semanas ha sido un poco más constante la llegada de clientes, ahorita no estamos como antes, pero si se puede hablar de algo mejor”, mencionó Susana, propietaria de un negocio en la colonia Las Fuentes.
La renta y venta de vestidos para novias, quinceañeras, bautizos, primera comunión entre otros sociales, se considera parte de las actividades con mayor afectación.
De acuerdo a la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) esto se deriva de los cierres y constantes cambios que han enfrentado las palapas salones de eventos o casinos. “Es difícil para nosotros hablar de una recuperación, porque antes la pandemia una fiesta se hacía con 200 o 300 invitados, y la mayoría compraba o rentaba vestido, ahorita eso se hace al 50 por ciento, pero con la situación económica muy pocos consideran arreglarse como antes”, expresó Karen, propietaria de un local en la zona centro de esta frontera.
En su caso detalló que, antes de la pandemia solía vender o rentar hasta 5 piezas de ropa por día, mientas que en la actualidad, la cifra apenas alcanza 1 o 2.
En un intento por reactivarse, ha incluido mascarillas y cubre bocas decorados conforme al color o decoración del vestido. “Es como si fuera un accesorio más, ahora tenemos promociones y cuando nos compran el vestido les regalamos el cubrebocas decorado, o si lo prefieren una mascarilla, nos hemos tenido que adaptar también”.
Las coronas de piedras y elementos brillantes también se han cambiado por caretas, en donde se prioriza la protección personal.
El protocolo de salud vigente en Tamaulipas apunta a que todas las fiestas deben seguir un protocolo de salud, que obliga a los asistentes a usar cubrebocas, gel antibacterial y guardar sana distancia.