Relación entre la recuperación de peso y el tratamiento de la anorexia

Así es como la terapia para la anorexia está vinculada al hecho de ir recuperando peso corporal

Tristemente, es poco frecuente que un o una paciente con un trastorno de la conducta alimentaria acuda a un consultorio de manera rápida. Se trata de una patología que quienes la padecen tienden a tener una baja conciencia de enfermedad. Su insight —es decir, la capacidad de comprender y tomar conciencia de su problema y su posible solución— suele ser muy bajo también. A pesar de tratarse de trastornos psicológicos, la raíz de estas particularidades en los pacientes parece ser biológica.

Gracias a los avances en neuropsicología y la posibilidad de evaluar estos casos por estudios de imágenes, se ha podido determinar que estos fenómenos psicológicos están determinados por una malnutrición prolongada, la cual provoca un alto impacto cerebral. La recuperación de peso, por lo tanto, no puede ser relegada a un segundo plano en el tratamiento de trastornos como la anorexia nerviosa. De hecho, como desarrollaremos en este artículo, se encuentra íntimamente relacionada con el inicio y adherencia del tratamiento para esta patología.


¿QUÉ ES LA ANOREXIA NERVIOSA?

La anorexia nerviosa, de acuerdo al manual diagnóstico CIE-11, es un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que se caracteriza por una distorsión de la imagen del cuerpo y la búsqueda de la delgadez, lo cual podría llegar a la restricción de la ingesta. No se trata de un trastorno menor o que no requiera de tratamiento urgente, ya que esta restricción alimenticia podría en última instancia llegar a la inanición. Afortunadamente, es posible recuperarse de la anorexia nerviosa. Para determinar si alguien padece o no de anorexia nerviosa existe una serie de criterios que la persona debe cumplir y que se encuentran en los manuales diagnóstico. Esta tarea debe ser llevada a cabo por un médico o profesional de la salud mental.


TIPOS DE ANOREXIA NERVIOSA

Según el manual MSD para profesionales, se suelen distinguir dos tipos de anorexia nerviosa.

Anorexia nerviosa restrictiva: aplica para aquellos casos en los que hay una restricción en la ingesta de alimentos. Algunos pacientes se ejercitan en exceso y no suelen cometer conductas purgativas.

Anorexia nerviosa purgativa: los pacientes presentan atracones en los que consumen mucho alimento en un período corto de tiempo, perdiendo el control. Luego suelen inducir el vómito y/o abusan de laxantes, enemas o diuréticos.

CAUSAS POR LAS QUE SE ORIGINA UN TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA

La anorexia nerviosa, así como los demás trastornos de la conducta alimentaria, están multifactorialmente determinados. Esto quiere decir que no tienen una causa posible de determinar de manera unívoca e irrefutable. Sin embargo, existen distintas áreas que predisponen a un TCA, y a partir de las cuales puede concebirse la etiopatogenia.

En primer lugar, existe una dimensión sociocultural innegable que enmarca a los TCA. Hemos elaborado en nuestras sociedades occidentales unas "culturas de la dieta" en las que tendemos a valorizar y validar los cuerpos delgados por sobre otros cuerpos; a categorizar alimentos "buenos" y, por el contrario, otros "indebidos". Por otra parte, los TCA pueden estar determinados por factores familiares. La investigación reconoce que no existen "arquetipos" de familias que favorezcan un trastorno de este tipo, pero sí que hay ciertas dinámicas en el funcionamiento familiar que pueden obstaculizar o propiciar la recuperación. Por último, también están los factores individuales, en los que se distinguen ciertos tipos de personalidad, como también así factores genéticos y neurobiológicos que predisponen a un TCA.


Más allá de esto, los factores que precipitan la aparición de un TCA son dos fundamentalmente. Por un lado, la dieta.

Una persona o adolescente puede estar predispuesta a uno de estos trastornos —por su contexto y sus características individuales— pero rara vez desarrollará un desorden alimentario si no ha llevado a cabo o no se le ha sugerido una dieta restrictiva. Por otra parte, el otro fenómeno que podría detonar un TCA si es que están presentes dichos factores predisponentes es el estrés.


EL AUMENTO DE PESO: ¿CÓMO SE VINCULA CON EL TRATAMIENTO?

En cuanto al tratamiento de la anorexia nerviosa, se ha demostrado que este debe ser llevado a cabo por un equipo interdisciplinario, que incluya psiquiatras, psicólogos y nutriólogos, los cuales sean capaces de abordar las distintas capas que configuran este trastorno. En primer lugar, estos tratamientos tienden a apuntar a la nutrición de la o el paciente. Sólo así será posible abordar los problemas ligados a la salud mental en un segundo momento. Como adelantábamos al comenzar este artículo, la anorexia nerviosa genera anormalidades neurobiológicas, alterando la circulación neuroquímica del cerebro, lo que podría incidir en el tratamiento.

La malnutrición prolongada es la que produce este impacto cerebral. Se ha demostrado que pacientes con un IMC por debajo de 19 —valor que no debería interpretar la población general sino más bien el equipo profesional— suelen tener el bajo insight que antes mencionábamos. El bajo peso siembra mayores posibilidades de aparición de otras patologías psiquiátricas; también se relaciona a las recaídas y genera síntomas psicológicos graves que, no obstante, suelen desaparecer al recuperar peso.

Por lo tanto, la recuperación de peso es clave para permitir el tratamiento. Sin atender a la dimensión "bio" es imposible atender a la dimensión "psi". Es fundamental que los pacientes arriben al punto de recibir tratamiento psicológico con el objetivo de desentrañar qué conductas y/o cogniciones sostienen esta patología. Pero, para ello, deben en primer lugar estar nutridos. En línea con esto, tal como señalan con contundencia Lenoir y Silber: "la psicoterapia no es compatible con un cerebro hambriento".

El proceso terapéutico es fundamental, pero debe haber un aspecto biológico que lo sostenga, que haga de suelo. Sólo así el paciente comprenderá que lo que le sucede es válido, que está repercutiendo en su vida negativamente y que, para mejorar, requiere de su compromiso con el tratamiento. Es el profesional de la nutrición quien se encargará de propiciar el aumento de peso. A pesar de que la medicación sea menos habitual en la anorexia nerviosa que en otros TCA, también puede intervenir un psiquiatra en esta primera instancia del tratamiento, dado que de algunos trastornos de la conducta alimentaria se desprenden ciertas comorbilidades como trastornos de ansiedad o depresión.

Por último, resaltamos el papel crucial de las intervenciones sobre la familia de la persona con el desorden alimenticio, ya que serán ellos los aliados del equipo interdisciplinario. La familia y los amigos son quienes sellarán la adherencia al tratamiento. Todos estos pilares permiten que, finalmente, se pueda llevar a cabo la psicoterapia y que el psicólogo pueda determinar en qué medida el vínculo que el paciente tiene con la comida expresa su relación con lo que ocurre en el plano de las emociones y el pensamiento.

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