Tras sobrevivir de milagro en un accidente provocado por un automovilista alcoholizado, los integrantes de una humilde familia de origen veracruzano acudieron ayer a la UGI-2 para presentar su denuncia formal por lesiones y daños en propiedad ajena.
Gumersindo Luna, de 38 años y Raquel Pasión Pérez, de 39, recuperados en parte de las lesiones que sufrieran junto con su nietecita Julia de un año 6 meses se encontraban instalando el puesto de comida que diariamente colocan frente a la gasolinería que se ubica en libramiento Echeverría, a espaldas de CAPUFE por la orilla de la vía del ferrocarril.
La señora y la niña estaban dentro del puesto movible, en tanto que el hombre se encontraba en el exterior a un lado cuando de pronto se escuchó el estruendo que produjo el automóvil Chevrolet Impala conducido por Pablo Atilano Carrillo al impactarse de lleno contra la estructura del puesto.
En el interior quedaron doña Raquel y su pequeña nietecita entre las láminas y los enseres de cocina.
En principio se pensó, por lo aparatoso de los daños, que ambas habían fallecido, pero al escuchar el llanto de la pequeña y los gritos de su abuela, don Gumersindo auxiliado por empleados de la gasolinera y otros automovilistas empezaron las maniobras de rescate.
La niña que resultó ser la más lesionada, fue trasladada de urgencia a una clínica cercana donde le realizaron estudios para descartar posibles daños cerebrales. En tanto que la abuela la llevaron a una clínica de la Mujer de la colonia Aquiles Serdán.
CONTIENEN REACCIÓN
El padre de la bebita, dijo que pudo contener una reacción cuando escuchó el llanto de la niña.
“Pensé que estaba muerta y también pensé en lanzarme contra el conductor del auto para matarlo a golpes, pero gracias a Dios la niña reaccionó y centré mi atención en ella, pues lo que quería era salvarla a como diera lugar”, expresó Luis Adrián.
Ya más tranquilo, al saber que su bebé está con vida, expresó que ahora lo único que busca es que el responsable del accidente o su familia responda por la reparación del daño.
Luis Adrián, no justificaba de ninguna manera la actitud del automovilista que dijo que volanteó y desvió el rumbo de su vehículo por no chocar contra otro automóvil y no se explicaba como es que le dio más valor a un auto que a las vidas humanas que se encontraban en su accidentada trayectoria.
El responsable del accidente se encuentra a disposición de la UGI-2 en espera de que se resuelva su situación y que su familia llegue a un acuerdo reparatorio con los ofendidos.