Ciudad de México
Rob Schneider se indignó por el polémico momento en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos que en redes sociales llamó la atención, por ser una aparente representación de "La Última Cena", pintura original de Leonardo da Vinci, pero con drag queens.
El comediante acudió este fin de semana a sus redes sociales para pronunciarse en contra del evento que abrió la justa deportiva el pasado 26 de julio, donde acusó que el espectáculo "celebró a Satanás" y fue inadecuado para los niños.
FALTA DE RESPETO
"Lamento decirles a todos los mejores atletas del mundo que les deseo todo lo mejor, pero no puedo ver unos Juegos Olímpicos que no respetan el cristianismo y celebran abiertamente a Satanás.
Espero, sinceramente, que estos Juegos Olímpicos tengan la misma cantidad de espectadores que CSPAN (televisión del gobierno estadounidense sin fines de lucro)", escribió el actor en X (antes Twitter).
La estrella de filmes como "Animal" y "Este Cuerpo No es Mío" (The Hot Chick) también cuestionó la presencia de drag queens en el show.
BLASFEMIA Y BURLA
"Ver la ceremonia de apertura blasfemar y burlarse por completo de la fe cristiana con su interpretación de la Última Cena fue repugnante", comentó la actriz, Candace Cameron Bure (Full House).
Anne Descamps, portavoz de los Juegos Olímpicos, lamentó en un mensaje las ofensas que surgieron a partir del número musical, reiterando que no tenían ninguna intención de faltarle el respeto a los religiosos.
"Evidentemente, nunca hubo intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso. Creemos que se logró esta ambición. Si alguien se ha sentido ofendido, lo lamentamos mucho".
En una ceremonia inaugural que pretendía celebrar la diversidad, se incluyó a drag queens, una modelo transexual y un cantante disfrazado de Dionisio, el dios griego del vino, con lo que, según los organizadores, querían crear conciencia "Sobre lo absurdo de la violencia entre los seres humanos".
NIEGAN ALUSIÓN
A OBRA DE DA VINCI
En una entrevista concedida al canal francés BFMTV, el director artístico de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, Thomas Jolly, negó que "La Última Cena" sirviera de referencia. En su lugar, Jolly dijo que la idea era "Celebrar una gran fiesta pagana relacionada con los dioses del Olimpo".