Ciudad de México
El proyecto comenzó a gestarse hace más de 20 años cuando estaba de viaje en Tijuana con su esposa Yareli Arizmendi y los dos fueron a un club de desnudistas.
"De repente estábamos cotorreando con la gente, con los locales y había una canción que me sorprendió, se llama ´Ladies Bar´ y es con Los Barón de Apodaca y es el ´Bolero´ de Ravel", dijo en una entrevista reciente desde la Ciudad de México. Esta fusión de música tropical con música clásica lo impresionó y se quedó grabada en su mente. Otro de los elementos que lo impulsaron a hacer estas nuevas versiones es que le gusta cambiar el nombre a todo.
"´O sole mío´ siempre he pensado que es pozole mío", dijo Arau sobre la clásica de Giovanni Capurro y Eduardo di Capua, que para el álbum cambió a "Pozole Mío" e interpreta con Piro Pendas.
La marcha del "Toreador" de la ópera "Carmen" de George Bizet se convierte en "Carmen de Cañón" con Arizmendi, la ópera "Guillermo Tell" de Gioachino Rossini es recordada en "Apertura del Guille Motel" con Lara, "El lago de los cisnes" de Tchaikovsky es "La Hago de los Bisnes" con José Fors de la Cuca. "Para Elisa" de Beethoven es "¡Paraliza!" con Albarrán de Café Tacvba.
"Es una canción sobre una abducción alienígena, pero estilo película de ´El Santo´", dijo Arau sobre este segundo tema.
El álbum lanzado en la primera mitad de mayo comienza con "Tocada y fuga", una cumbia inspirada en "Tocata y fuga en re menor" de Bach, que interpreta con la cantautora colombiana Echeverri de Aterciopelados. La canción tiene un video dirigido por Guillermo Llamas disponible en internet.
"´Tocata y fuga´ siempre me impresionó, una vez la escuché en una iglesia de esas que tienen un órgano gigantesco y sí es así de que se te va el aire", dijo Arau. "Y cuando la estaba grabando, la verdad es que las melodías son geniales".
Uno de los temas que destaca es "Danubio Blues" con Javier Gurruchaga de la Orquesta Mondragón, inspirada en "El Danubio azul" de Johann Strauss.
Para adentrarse en el mundo de la música clásica, Arau creó al personaje de Laslo de la Vega Morris Balam Claus Viteli y Pavón, quien no tiene fecha de caducidad y nació en 1678, el mismo año que Vivaldi. Laslo tuvo oportunidad de trabajar con los autores clásicos incluidos en el álbum y para efectos prácticos se cambió el nombre a Sergio Arau hace 71 años, dijo. (AP)
En el álbum la mayoría de los instrumentos clásicos que se escuchan fueron añadidos de manera digital, a excepción de la flauta de Horacio Franco, un reconocido flautista clásico mexicano a quien Arau, quien es además de músico es artista plástico y caricaturista, conoció gracias a una exposición en el sur de México.
"Grabó dos tomas y las dos eran geniales, rapidísimo, es que realmente es un genio", dijo sobre Franco.
Arau confesó que en algún momento pensó que los músicos clásicos "me iban a mentar la madre" por su manipulación de estas piezas, pero ya ha tenido posibilidad de comprobar que han sido bien recibidas. En una presentación en el festival Vive Latino invitó a un cuarteto de cuerdas y metales.
"Yo oía las carcajadas detrás de mí, les ganaba la risa y estaban felizasos, la verdad es que la música clásica da para mucho", dijo. "Los que tocaron conmigo están dispuestos a hacer lo que sea".
Arau dijo que le gustaría hacer un segundo volumen y le encantaría presentar su proyecto con una orquesta sinfónica y algunos de los cantantes invitados al proyecto. Aproximarse a la música clásica fue un goce para él. "Yo no sé leer música, no tuve escuela", dijo. "Entonces lo que hacíamos era que yo le chiflaba o le tarareaba". (AP)