Todos los últimos miércoles de agosto, el pueblo de Buñol (España) se paraliza durante todo el día. Es la jornada más esperada de la semana, en la que se celebran las fiestas patronales del pueblo.
También es el día en donde todo el mundo se lanza tomates a la cara durante una hora.
INICIO DE LA DEBACLE
Uno de los cambios que se hizo fue la inclusión del «palo jabón», una viga larga de madera que está encerada con alguna sustancia resbaladiza: una hora antes del lanzamiento de los tomates, alguien tiene que subir el palo y recuperar el jamón que está colgado en la parte superior. Cuando sucede eso, suena el primer petardo y se da inicio a la debacle. (AP)