Un brutal carcelero, un grupo desorganizado de reclusos y una red de misterios sin resolver convergieron en un relato siniestro de supervivencia, desafío y la búsqueda de la verdad.
EL VISITANTE INDESEADO
El bote llegó a la orilla rocosa, y una figura desembarcó. Vestía un traje nítido y bien confeccionado, un fuerte contraste con la ropa desgastada y harapienta usada por los reclusos.
La presencia del hombre era inconfundible: era el Alcaide de Veridian Cay. El Alcaide Harold Sullivan era conocido solo por su reputación.
Una figura distante que controlaba el destino de aquellos en la isla desde lejos. Su visita era una ocurrencia rara, y los reclusos lo observaron mientras se dirigía hacia ellos con aire de autoridad. (©Wimbledon/stock.adobe.com)