Una persona de la tercera edad, se salvó de formar parte de la larga lista de los llamados “daños colaterales”, durante uno de los enfrentamientos que se registró a la salida de Río Bravo sobre la avenida Francisco I. Madero.
Esa tarde circulaba abordo de su camioneta color verde, cuando de pronto escuchó los estruendos de las potentes ráfagas de alto calibre que a sus espaldas se dejaron escuchar.
Pero las cosas no pararon ahí, sino que varias de las balas hicieron blanco en los cristales y estructura de la unidad, así como en cuando menos uno de los neumáticos.
Afortunadamente logro ponerse a salvo ante la lluvia de balas, tras salir corriendo y resguardarse entre unos predios baldíos.