Es en varios de los cruces y calles adyacentes a las vías del tren, como la Cuauhtémoc, en donde el pavimento se encuentra un tanto deteriorado por los estragos que se han generado debido a los aguaceros.
Hay infinidad de conductores, como Jesús y Jorge, que a diario hacen uso de esas vías para dirigirse a sus centros de trabajo, quienes, como muchos otros, refieren que los que se encargan de darle mantenimiento a las vías también deben hacerse cargo de mejorar los accesos.
Consideran que, cuando menos, de unos 20 metros antes de llegar a las vías, en ambos lados, debían darle mantenimiento y no esperar a que avance el deterioro.