David César Zamora Salazar, de 22 años de edad, es un joven ríobravense increíblemente alegre, bromista y juguetón, aunque últimamente no se siente tan bien como para estar alegre; es un buen amigo en toda la extensión de la palabra... vive con su abuelita, quien depende de él.
Hace seis meses David se sentía muy cansado, pensó que era por su ritmo de trabajo, pero algo le incomodó y fue a visitar al médico quien le aconsejó hacerse unos estudios, lo que descubrió lo dejó pasmado.
El diagnóstico que le dieron en el Hospital General de Reynosa fue que tenía cáncer testicular, por lo que de inmediato lo doctores procedieron a operarlo, pero al poco tiempo otro descubrimiento de los médicos fue muy desalentador.
Aunque ya habían operado y retirado el daño, el Cáncer le provocó una metástasis, eso significa que esta enfermedad se había esparcido a más partes de su cuerpo hasta provocar un Cáncer linfático.
El Cáncer linfático es un tumor que se origina en los linfocitos, que son los que ayudan a combatir enfermedades.
Ahora David ocupa urgentemente hacerse quimioterapias, pero este tratamiento no está al alcance de sus bolsillos, pues por el dolor que tiene a causa de la enfermedad ha dejado de trabajar.
No aguanta mucho estar de pie, cuenta el joven que siente un dolor insoportable en su espalda, es como si constantemente le dieran patadas muy fuertes que hasta lo tiran al suelo, esto lo deja sin fuerzas, necesita medicamentos para mitigar un poco los síntomas, medicamentos que lamentablemente no se ha podido costear.
El joven Zamora Salazar se siente preocupado pues es él quien ve por su abuelita quien lo crió desde que era un niño.
David César no cuenta con el apoyo de sus padres, cada quien hace su vida por su parte, de él no saben nada, lo dejaron a su suerte con su abuelita desde que él tiene memoria.
Cada quimioterapia que debe realizarse en carácter de urgente por que ha dejado pasar tiempo por falta de recursos económicos le cuesta aproximadamente 32 mil pesos en Monterrey, eso más gastos de viáticos de él y de la persona que lo debe acompañar.
Si tu quieres apoyarlo, hazlo, cualquier cantidad es buena, lo que sientas en tu corazón, de poco a poco se puede completar el tratamiento que se requiere.