Luego de perder el conocimiento por más de 20 minutos, al levantarse de la banqueta donde fue a parar dijo que no sabía hacia dónde se dirigía ni dónde vivía, ya que fue una víctima más del alcohol, pues no tuvo la precaución de controlar los "tragos" que ingirió.
Por fortuna, resultó prácticamente ileso, sólo con golpes leves, pero atrajo la atención de los niños que pasaban por el lugar, por lo que, al permanecer inerte por más de 20 minutos, pensaron que le pudiera haber pasado otra cosa.
Ya más recuperado de la caída, dijo que seguiría su camino, pero que no sabía hacia dónde, ya que aún se encontraba abrumado por las cervezas que tomó.