No obstante que en la zona urbana y en la periferia las situaciones de riesgo van a la baja, proyectiles de alto calibre siguen llegando a las alcobas familiares.
Vecinos de asentamientos próximos a la brecha 109 y libramiento han exhibido en redes sociales las huellas de los enfrentamientos.
Ventanas perforadas e incluso paredes, así como casquillos percutidos que son recogidos de avenidas, banquetas, brecha, calles y patios.
Un ama de casa exhibió cómo un proyectil de los alto calibre perforó el cristal de una de sus ventanas y penetró a su hogar.
Otros residentes en la zona rural surponiente también han mostrado los vestigios de las confrontaciones armadas, ya sea entre grupos antagónicos de civiles armados o de éstos con las autoridades castrenses o policiales.
Las familias afectadas por esos incidentes solo esperan que sean reducidos al mínimo, pues por lo menos dos personas inocentes murieron hace una semana: un menor de 11 años y un adulto mayor, ambos en la zona urbana.