Funcionario de la Secretaría de Bienestar Social, cuya camioneta particular que empleaba para la distribución de despensas les fue despojada cuando salía de una tienda de conveniencia, le tocó vivir toda una maraña de burocratismo y corrupción para que le fuese devuelta.
Los hechos ocurrieron el pasado 22, y fue el 26 del mes pasado cuando, gracias a las redes sociales se enteró que la camioneta color rojo se encontraba abandonada en un fraccionamiento de la vecina ciudad de Reynosa, solicitando el apoyo del departamento de Atención Ciudadana.
Lo encaminaron con la Policía Estatal para el trámite correspondiente y de ahí a la fiscalía, en donde, desde el día 2 al 13 de agosto, fue el lapso que ocupó para que le hicieran la devolución de la unidad, no sin antes identificarse como empleado de gobierno y explicarles el uso que le daba.
Pero aun así, eso les importó un comino, ya que si quería un trámite rápido habría que "ponerse bien", por lo que tuvo que hacer uso de personalidades de la política que conoce para la devolución y luego enfrentarse con los servicios de la grúa, cuyo monto inicial era de 21 mil pesos, que le bajaron ante los reclamos a 15, y finalmente se lo dejaron en 12 mil pesos.
La camioneta de la cual le sustrajeron hasta el cable de la corriente de la batería, ya que se encontraba bastante desvalijada, le costó, en términos generales, casi dos semanas en recuperarla, miles de pesos, fuertes dolores de cabeza, enojo, y molestia ante el burocratismo que continúa imperando, con el único afán de que la víctima se desespere y caiga en el juego.
Otro caso similar le ocurrió al dueño de un taller de suspensiones, a quien le robaron su vehículo y para la devolución le pretendían cobrar cierta cantidad de dinero por la boleta.