No obstante que se han dados mañanas y madrugadas con sereno en las últimas semanas, sobre todo a finales de noviembre e inicios de diciembre, lo que deja relativa humedad, la realidad es que en el norte de Tamaulipas impera una sequía que pone en riesgo la producción agrícola.
Según datos aportados por la Asociación Agrícola local, en este año, sobre todo en los últimos meses “sí han caído lluvias, pero no generalizadas, el 35 por ciento de la superficie (del Distrito Agrícola 156) de la superficie está seca”, por lo que urgía contar con plan de riegos, informó su dirigente Fernando Gómez Gómez.
Esta situación afecta a un total de “195 mil a 200 mil hectáreas”, en las cuales muy poco o casi nada de maíz se podrá sembrar en el actual ciclo 2019-2020, pues en la recta final de este 2019, no se les ha aumentado el volumen destinado para el ciclo en curso, en donde solo disponen de 450 millones de metros cúbicos, pero requieren un mínimo de 950.
Las lluvias en lo que han estado ausentes en lo que va de diciembre, no se registraron sino hasta el 20 y 21 de diciembre, lo que agrava aún más la situación.