Robos a menor escala de los llamados "cristalazos" a automotores vuelven a ser pan de cada día en estacionamientos públicos que carecen de iluminación.
Resulta que aparcaderos de uso libre, como los ubicados en la Unidad 17 del IMSS y el Centro Comercial Del Río, en avenida Madero con calle Colegio Militar, son "boca de lobo".
Ya sea por estar fuera de servicio o porque son encendidos ya muy en la noche, esta situación propicia que ladrones rompan cristales de las unidades estacionadas para extraer botín.
"El peor es el estacionamiento de Soriana; a mi esposo le robaron un carro con todo y celular que dejó arriba, traía tanque lleno de gasolina y hasta su ropa en un canasto; hace poco, como dos semanas, volvieron a robar ahí.
"Lo peor es que nadie investiga, nadie hace nada, nunca recuperamos el auto", sentenció Adriana Leal, residente de colonia Olvido González, en Nuevo Progreso.
Pese a que ambos recintos para aparcar son escenarios de este tipo de ilícitos, no parece que tengan un sistema de vigilancia de circuito cerrado, lo que hace que los "amantes de lo ajeno" operen con total impunidad.